![El temor a la nueva DANA paraliza Valencia](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/11/13/piiiii.jpg)
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Alerta roja. La pesadilla se repite. La llegada de un frente de lluvias con posibilidad de precipitaciones de hasta 200 litros paralizó el litoral de Valencia, también la capital, apenas 15 días después de la destructiva DANA del 29 de octubre. Incluida la restricción del tráfico de vehículos en todas las poblaciones bajo la alerta roja decretada por Emergencias, municipios entre los que también se encuentra la ciudad de Valencia. Fue el propio presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, a través de su cuenta en la red X, el que adelantó el «decreto de medidas excepcionales» que se publicó después en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana, en vigor desde las diez de la noche del miércoles y hasta la medianoche de hoy. Con la «suspensión de las actividades educativas, deportivas y el cierre de los centros de día» como otra medida, tal y como detalló Mazón.
La prohibición del tráfico de vehículos privados ya afectaba antes a la veintena de municipios más afectados por la anterior DANA, como Paiporta, Chiva, Catarroja, Massanasa, etc... En total 163 localidades de Valencia. Con contadas excepciones como servicios esenciales, acudir a centros sanitarios, el cuidado de menores o personas discapacitadas o regreso al lugar de residencia habitual.
La alerta roja corrió esta vez como la pólvora por los móviles de los vecinos de Valencia y de todos los municipios afectados. Otra vez con la alarma de 'Es-Alert' que el infausto 29 de octubre sonó cuando ya había pueblos arrasados y gente bajo el agua. Ayer fue por la tarde y desencadenó un cierre de comercios, bares, bibliotecas, sedes judiciales y túneles por parte de la Policía Local de la capital para impedir que pudieran quedar coches atrapados por inundaciones. Hasta los supermercados bajaron sus persianas antes de tiempo. Consum ya ha confirmado que hoy no abrirá sus puertas hasta las 12 del mediodía.
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La línea del tranvía también ha quedado anulada en la ciudad. Los mercadillos ambulantes previstos para hoy en la capital, obviamente, tampoco se desplegarán. Cerrojazo en la ciudad a la vida civil, sólo permitido lo indispensable. Incluso la reapertura del AVE, prevista para hoy por la mañana, se ha pospuesto hasta las 12 del mediodía. Y la circulación por el reparado y provisional bypass, inicialmente fijada para ayer, se ha pospuesto para hoy y siempre que el tiempo lo permita.
En muchos municipios cercanos a Valencia, como en Mislata, la Policía Local empezó a recorrer el casco urbano indicando por la megafonía de los coches patrulla a los vecinos que no salieran de casa. La alerta es también especialmente intensa en los municipios del interior. Por la tarde Emergencias lanzó un aviso a los pueblos afectados por las inundaciones del barranco del Poyo, Río Magro y pedanías del sur de Valencia en el que decía que atendiendo «a la vulnerabilidad de la zona y la acumulación de lluvias prevista, se recomienda permanecer en zonas altas de las viviendas o zonas elevadas».
Mientras, en la zona cero, la nueva DANA sembró también la parálisis durante el día. Picos y palas apoyados en la pared de una calle aún teñida por el barro. Bolsas de basura para proteger las herramientas. Un capazo con lodo olvidado junto al muro. La calle desierta. Las baldosas tomadas aún por el barrizal. Calles desiertas y resbaladizas. Ventanas abriéndose y mirando al cielo. Suspiros. La escena se vivió por la mañana en una calle del centro de Catarroja. Pero la misma estampa se reprodujo en todos los municipios golpeados. Miedo. Incerteza. Pueblos casi desiertos. Y las labores de reconstrucción tras la tragedia, aparcadas.
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La nueva DANA llegó con fuerza, como estaba anunciado. Lo hizo ya durante la madrugada, de nuevo de sur a norte, como la que hace dos semanas sembró la destrucción y la muerte. Esta vez con efectos menos dañinos pero también perjudiciales, en forma de paralización de buena parte de los trabajos de reconstrucción en los puntos más golpeados. Fue la comarca de La Marina la que primero recibió el temporal. Lluvias de 200 litros en el interior que pusieron en alerta a los residentes alrededor del río Gorgos. Tensión con el demasiado reciente recuerdo del Poyo, el Magro, el Júcar... Por fortuna sólo se cortaron algunas calles y caminos de manera preventiva. La borrasca fue subiendo poco a poco hacia el norte. También en intensidad. En Gandia la lluvia dejó desprendimiento de cascotes en una vivienda antigua de la calle San Salvador del barrio del Raval. La Policía Local acordonó la zona y no hubo que lamentar daños personales.
La incertidumbre también fue subiendo como la pólvora hacia la provincia de Valencia. En Paiporta hubo durante todo el día una lucha sin cuartel contra el lodazal que atasca las alcantarillas. «Hemos desembozado esa alcantarilla y al rato vuelve a estar prácticamente igual. En mi vida he visto nada similar», explicaba un bombero de Castilla y Léon. Era uno de los integrantes del batallón de soldados de la UME y bomberos que se afanaban por liberar los desagües. La situación ha hecho que desde el Cecopi, el órgano de control de la emergencia, se haya incluso pedido ayuda a Francia, Portugal y Marruecos para el envío de camiones cuba con los que hacer frente al problema.
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Alberto Martínez de la Calle
Aldaia no fue una excepción en el temor a lo que pudiera traer el cielo. Eva acaba de entrar en el Ayuntamiento. El atuendo que viste la delata: está entregada a labores de limpieza. Hoy el vestuario lleva un añadido: un chubasquero con el que se cubre de los pies a la cabeza. «Soy aragonesa, de Lascuarre, en Huesca, y llevo varios días en Aldaia. Tengo familia aquí». Y allí sigue dispuesta a seguir limpiando. También ella apunta que ante la nueva alerta, la incertidumbre se ha asentado en la población. «En algunas casas están poniendo protección en las puertas de las casas», explica la voluntaria. En sus calles, junto al barranco de la Saleta, 1.600 sacos de arena listos por si la furia del barranco de la Saleta vuelve a desatarse.
El temor se acrecentó en toda la provincia mediada la tarde, cuando desde Aemet se incrementó de naranja a rojo el aviso de precipitaciones de casi 200 litros, especialmente en el litoral de Valencia y sur de la provincia. El aviso de fuertes lluvias se mantiene hasta las 12 del mediodía de hoy, aunque las restricciones del Consell se extendían inicialmente hasta la medianoche y luego han finalizado también a las 12 horas.
Antes ya había llegado la consecuencia en cascada de los últimos días. El cierre de colegios. Así fue en Valencia ciudad y en más de 200 municipios de toda la Comunitat. Lo mismo la Politècnica, ya con las clases online pero que aplazó ayer toda la actividad docente en su campus, como ya hizo el martes.
En Valencia, la propia alcaldesa colgó un mensaje en la red social X para «rogar a la población que no salga de casa durante la alerta», como señaló María José Catalá. hoy. También se cortó la línea de tranvía y algunas personas que se hallaban en bibliotecas fueron desalojadas.
El pitido masivo a los móviles puso casi en 'modo pánico' a los habitantes de las zonas golpeadas por la DANA del 29 de octubre. Como en Paiporta. «Tengo preparada la escalera con la que salí de mi casa por el tejado por si vuelve a pasar», reconoció una vecina a LASPROVINCIAS. Igual que en Valencia, las calles quedaron desiertas entrada ya la noche en las localidades de l'Horta.
El temporal interfirió ayer en buena parte de las labores de reconstrucción que se están llevando a lo largo y ancho de la provincia. Así pasó con buena parte de los trabajos de reconstrucción de viviendas y de rehabilitación de carreteras y tendidos ferroviarios afectados, como los del metro de Valencia. La alerta obligó también a cerrar las oficinas abiertas en los municipios más golpeados para tramitar las ayudas. Hasta la búsqueda de desaparecidos se vio afectada.
El temporal en el mar, aunque también puede servir para devolver a la costa algunos cuerpos que hayan sido arrastrados por la corriente, impidió igualmente trabajar en la localización de víctimas por superficie. Sí se continuó en el fondo marino, por parte del buque especializado del CSIC y los navíos de la Armada. Una nueva DANA que golpea, paraliza y siembra el miedo en Valencia cuando aún no está recuperada de la más letal jamás vivida.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
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