Secciones
Servicios
Destacamos
D. GUINDO
Viernes, 18 de febrero 2022, 14:28
La nueva Ley de Ciencia aprobada este viernes «es un pasito minúsculo en la buena dirección y punto. Cualquier cosa que no sea quedarse quieto es bueno, pero a los investigadores hospitalarios no los contempla, sólo contempla a los investigadores clínicos, a los que ... darán más tiempo para investigar quitándoles horas de ver pacientes, no tenemos ninguna crítica por eso, nos parece de lo más adecuado para que investiguen con todo el tiempo que necesiten. Sin embargo, los investigadores básicos contratados por las fundaciones estamos completamente desamparados, no podemos solicitar ciertos proyectos -de la fundación Carlos III, por ejemplo- porque no tenemos plaza de investigador estatutario». Rafael Vázquez es vocal de la junta directiva de la Asociación Nacional de Investigadores Hospitalarios y miembro del comité de empresa del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe de Valencia y analiza de esta forma algunas de las carencias que presenta la nueva normativa. «No nos contemplan, no nos han tenido en cuenta», añade.
En este punto, aclara que en teoría no debería haber diferencia entre unos investigadores y otros, pero en la práctica sí hay distinciones entre, por ejemplo, médicos, farmacéuticos o biólogos con la especialidad y una plaza estatutaria, y «aquellos que tenemos contratos de excelencia como un Miguel Servet o un Ramón y Cajal y nos dedicamos el 100% a la investigación. No nos contrata el hospital sino las fundaciones, lo que contraviene la antigua Ley de la Biomedicina y eso no lo soluciona la actual ley. Nos deja contratados por la vía laboral, pero por una vía muy chapucera», lamenta, para señalar que, por ejemplo, «se dan casos con compañeros antiguos con contratos indefinidos que cobran mil y algo... y otros que entran ahora cobrando el doble. Ese tipo de injusticias la ley no las va a corregir».
«Hay una disparidad de criterios muy grande, depende de la institución te van a pagar una cosa u otra en función de lo que quiera la dirección, somos privados para algunas cosas y público para otras, y contratan con mucha disparidad de criterios, y si no quieren no te contratan», resume Vázquez.
«Tampoco tenemos carrera investigadora, da igual si trabajas mucho o poco, tu salario nunca va a cambiar porque nunca vas a progresar, y también ocurre con técnicos de laboratorio, doctorandos, con la gente de gestión, etc... que también debería tener algún tipo de proyección profesional. Estamos todos en un limbo muy extraño», critica.
También apunta que la tasa de reposición tampoco resuelve la situación de estos investigadores. «Institutos como el de La Fe son instituciones muy jóvenes y nadie se va a jubilar en las próximas décadas, por lo que por mucho que subas esa tasa no vas a poder estabilizar a gente», describe. Sin embargo, «si estuviéramos contratados por el hospital sí habría mucho recambio porque son alrededor de 6.000 o 6.500 profesionales, por lo que se puede jubilar gente y entrar gente, pero en los institutos de investigación la mayor parte no están cerca de la jubilación. Si no se hace una excepción con las instituciones de investigación, vamos a tener problemas de precariedad durante mucho tiempo».
Este especialista recuerda que estos contratos de excelencia «se lo dan a gente que lo ha hecho muy muy bien, estudiando en universidades extranjeras, con muchas publicaciones, y gracias a eso consigues el contrato, luego a mitad de contrato te evalúan, y al final también, y analizan cómo lo has hecho, si has conseguido fondos, etc... y luego te estabilizas si lo has hecho muy bien. Pero tras todas esas cribas nos dejan en el limbo», apunta.
En resumen, «que se esté reformando la ley es positivo, estamos encantados, pero nos gustaría que fuese un poco más ambiciosa, que nos tuviera en cuenta a los que estamos en las fundaciones de investigación sanitaria».
En esta línea, otras fuentes de Asociación Nacional de Investigadores Hospitalarios señalan que, en el proyecto de ley (a falta de ver el texto aprobado) «no se desarrollan detalles de las categorías estatutarias específicas para personal investigador que faciliten la incorporación de personal sanitario y no sanitario: equivalencia a las categorías de personal investigador en OPI y universidades, requisito del título de doctor, acceso por concurso, etc, que en el caso de las universidades sí se definen en la ley estatal, aunque las competencias sean de las comunidades autónomas».
Asimismo, apuntan que no es la primera vez que se incorpora al personal sanitario investigador, que ya estaba incluido en las redacciones de 2007 y 2011, pero «se olvida de la incorporación del resto del personal de investigación (técnico y de gestión) al hablar de las categorías estatuarias del Sistema Nacional de Salud». Y en el caso del personal investigador no sanitario, «parecería que también se le excluye, por ejemplo cuando se habla de la utilización de la certificación R3».
Tampoco se regula, en opinión de la citada asociación, que «la subcontratación de personal de investigación en fundaciones e institutos de investigación (que dan servicio de gestión de investigación a los centros del Sistema Nacional de Salud) sea sin merma de las condiciones laborales, que por desgracia es lo que se hace en muchas de ellas».
«Y no se detalla la carrera profesional para el personal de investigación, sólo hay una mención muy genérica para una parte del personal (personal investigador laboral), que puede ser muy difícil de llevar a la práctica porque se están bloqueando las negociaciones colectivas en marcha o las que se han acordado en distintas comunidades autónomas», concluyen.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.