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La actividad de las consultas externas de los hospitales y los centros de especialidades valencianos prácticamente quedó paralizada durante más de tres meses a causa de la pandemia de Covid-19 que, todavía hoy, sigue muy presente en la Comunitat; situación que ha derivado en que se disparen aún más las esperas para tener cita con el médico especialista cuando lo requieren los facultativos de Atención Primaria. Demoras que, como ha podido comprobar LAS PROVINCIAS, se alargan ya hasta los nueve meses en algunas especialidades de pediatría o cardiacas pero, según alertan desde el Sindicato Médico, pueden llegar a superar el año o incluso el año y medio de retraso.
Además, la situación no tiene visos de corregirse, al menos a corto plazo, puesto que, a la endémica falta de profesionales que arrastra la sanidad pública valenciana desde hace más de una década, se suma un periodo de tres meses –julio, agosto y septiembre– en el que un tercio de las plantillas sanitarias disfrutarán de sus merecidas vacaciones estivales. Con menos personal y con la nueva escalada de contagios de coronavirus, que obligará a destinar mayores esfuerzos para combatirlo, será prácticamente imposible que los médicos puedan ponerse al día durante este verano.
Al respecto, el secretario general del Sindicato Médico (CESM-CV), Andrés Cánovas, insistió en que durante tres o cuatro meses han estado paralizadas todas las consultas externas de diagnóstico y tratamiento de especialidades médicas y, en estos momentos en que recobran su actividad progresivamente, existe una importante lista de espera. De hecho, según la última memoria de actividad difundida por la Conselleria de Sanidad, la bolsa de pacientes a la espera de acudir a la consulta del especialista supera los 238.000 usuarios.
En la actualidad, precisó Cánovas, los facultativos se están centrando «primero en las personas que tienen que controlarse a nivel de evolución de su enfermedad crónica, y se les están dando las citas conforme se puede y en los momentos en que podamos hacerlas». Sobre las esperas, Cánovas aseveró que «si antes lo normal era un mes o mes y medio, ahora se van a cuatro o seis meses; y las que ya eran muy largas, se pueden ir ahora al año o año y medio«.
Este portavoz lamentó que ya sea «algo habitual» la problemática de las esperas para recibir atención sanitaria por los especialistas y advirtió que no siempre las consultas telefónicas son la solución para atajar las demoras. «Muchas veces se están haciendo las consultas de control de personas que tienen problemas crónicas por teléfono, pero al final llevan más tiempo y más trabajo. La presencial a veces es relativamente rápida si conoces al paciente y él te conoce a ti, pero a nivel telefónico no encuadras igual al paciente, aunque normalmente se hace por su edad y por evitar movilizaciones inadecuadas. De hecho, los pacientes crónicos que no se han visto en tres o cuatro meses es necesario verlos. Se van metiendo primeras visitas, pero no es un número importante porque primero hay que ver a los que tienen problemas crónicos«.
El secretario general de CESM-CV resaltó las demoras existentes en neurofisiología –especialmente en la realización de electroencefalogramas–, así como en pruebas cardiacas o abdominales. Aún así subrayó que los retrasos se dan «prácticamente en casi todas las especialidades».
Este especialista recordó también que, en la actualidad, un 30% de la plantilla está de vacaciones, por lo que «es prácticamente imposible ponerse al día».
En esta línea, Fernando García, presidente provincial de CSIF Valencia, señaló que «la situación se ha vuelto mucho más complicada porque con la pandemia del Covid-19 ha caído todo. Las consultas del especialista y las intervenciones quirúrgicas han bajado de golpe, por lo que a lo que estaba demorado hay que sumarle tres meses más y la cosa se complica». «Ya lo veníamos avisando, hay que buscar profesionales, mantener los que están aquí y darles un poco de estabilidad, y hay que invertir en un plan estructural, puesto que el Covid-19 ha agravado más aún la situación, ya es caótica«, advirtió.
García, en relación a las especialidades, se refirió también a las pruebas y dolencias cardiacas como una de las que más demoras acumula, aunque también arrastran importantes retrasos las consultas de traumatología. «Para hacerse una densitometría, la espera es de siete meses, lo que es una barbaridad», ejemplificó. La realización de pruebas PCR para detectar posibles infectados por coronavirus también hace que se demoren los tiempos en la asistencia sanitaria.
«Entiendo el cabreo de los usuarios, pero los profesionales necesitan más recursos. Si nos hubieran hecho caso con anterioridad para retener a los profesionales para que no se vayan fuera e invertir en un plan integral, la situación sería otra«, destacó el representante de CSIF, para recordar que »la competencia entre comunidades autónomas es bestial para llevarse profesionales. Si no les pagamos bien y hay un plan de incentivos, pues se marchan«.
Ante la situación actual, desde la formación sindical demanda «un plan de contingencia directo y urgente con todos los recursos disponibles porque estamos hablando de la salud de los ciudadanos«.
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