Uno de los tanques de tormenta junto a la Pista de Silla. Jesús Signes

Nuevo olvido en la Albufera: los tanques de tormenta se retrasan hasta bien entrado 2025

Las obras estarán concluidas este año pero la conexión eléctrica todavía no tiene plazo al faltar autorizaciones

Juan Sanchis

Valencia

Lunes, 30 de septiembre 2024, 00:36

Algunas estimaciones apuntan a que la pirámide de Keops tardó casi tres décadas en construirse. En la Comunitat y en nuestros tiempos hay una obra que bien podría hacerle la competencia. Se trata de los depósitos de tormenta que tienen que proteger a la Albufera. Según confirman desde Acuamed las obras en sí mismas estarán finalizadas cuanto termine el año, la última de las fechas previstas.

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Pero el que estén finalizadas las obras no implica que la infraestructura vaya a entrar en funcionamiento en un breve plazo de tiempo. No va a ser así como también confirma Acuamed. El problema ahora es otro y radica en las conexiones a la energía eléctrica que no estarán hasta entrado 2025 en una fecha que la empresa promotora de las obras, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, no ha podido concretar cuándo estarán conectados y podrán iniciar su funcionamiento. El problema es que faltan las autorizaciones para realizar estas conexiones.

Esta obra, que fue calificada de emergencia en el Programa Agua en 2024, diseñado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para llevar a la agua a la Comunitat tras la derogación del trasvase del Ebro. Estas actuaciones son muy importantes para controlar la entrada de vertidos en el parque natural de la Albufera pero hasta ahora han sufrido un sin número de retrasos y todo parece que nos enfrentamos a otro más.

Estos siete depósitos se encuentran paralelos a la Pista de Silla y tienen la misión de recoger las aguas procedentes de los polígonos industriales adyacentes y evitar que entren en la Albufera.

Las obras se iniciaron en 2010. En aquel momento tuvieron un plazo de finalización fijado en 2015. Pero ha pasado casi una década y las instalaciones continúan sin estar concluidas.

El primer escollo surgió en 2012 cuando se paralizaron por un error en el proyecto de construcción. Pero lo que parecía un breve tropiezo se convirtió en un parón que se prolongó durante nueve años.

A los errores en el proyecto se sumaron los problemas con la empresa concesionaria. La mercantil pidió una actualización de precios, ya que los costes se habían incrementado mientras la obra había estado paralizada. Al final no hubo acuerdo y la firma se retiró y no quiso continuar con los trabajos. Hubo que encontrar una nueva contrata. En este caso fue Tragsa, la empresa pública dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, la que asumió las actuaciones pendientes.

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Las obras se reiniciaron en septiembre de 2021 y la previsión era terminarlas a mediados de 2023. Pero no fue así. El plazo de finalización se retrasó hasta mayo de 2024. No fue la última demora. Ya que posteriormente los trabajos se volvieron a retrasar hasta fin de año, lo que puede ser la fecha definitiva como anuncian.

Ahora, con el nuevo retraso debido a la falta de la conexión eléctrica con la red puede hacer que los depósitos no entren en funcionamiento hasta quince años después de haberse iniciado los trabajos. Todo un récord.

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Mientras, la Albufera ha seguido recibiendo vertidos. Esta infraestructura está diseñada con la suficiente capacidad para poder retener las primeras aguas pluviales en un episodio de fuertes precipitaciones. Estas suelen estar muy contaminadas por todos los arrastres de los polígonos y poblaciones de la zona. De esta forma, se contendrían los vertidos y no entrarían en el parque natural.

Si el agua es quizá el principal problema que tiene la Albufera, la cuestión de los vertidos ocuparía el segundo puesto. La situación se agrava por el estado en el que se encuentra el colector oeste. Está diseñado a fines de los años 80 del siglo pasado con una población y un desarrollo de polígonos industriales mucho menor. Su objetivo es recoger los vertidos de los municipios ubicados al oeste del parque.

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Pero ahora se encuentra colapsado y es necesario ampliarlo o construir un nuevo colector. Cualquier lluvia provoca que se desborde y las aguas residuales acaban en la Albufera.

Otra de las virtualidades de las obras de los depósitos es que permitirán descongestionar este colector cuando se encuentre trabajando a plena presión evitando su colapso y los desbordamientos que también acaban en el paraje protegido.

Expertos y sectores implicados han pedido en varias ocasiones que se aceleren unas obras que son determinantes para el futuro del parque porque evitarán la entrada al parque de miles de metros cúbicos de varios vertidos.

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