Un actor con una dilatada trayectoria que llevaba el teatro en la sangre

José Albiach Gallego nació en el barrio del Carmen, en la calle Garcilaso, en 1936, y desde que vino al mundo llevaba la interpretación en la sangre. Su padre fue director del Teatro Patronato, que después se convirtió en la Sala Escalante, y se subió por primera vez a un escenario en la Casa de los Obreros. Siguió representado autos sacramentales de Calderón de la Barca y piezas clásicas. Pero a los 30 años, en 1961, asumió que su destino estaba en Madrid y dejó la ferretería para continuar con su carrera profesional en la capital de España. Allí desplegó todo su talento para las artes escénicas y se dio a conocer con un papel en la obra 'Medea', de Unamuno, con la compañía Teatro Español.

A esta le siguieron otras muchas representaciones hasta que se bajó de los escenarios definitivamente cerrando su ciclo con la actuación en 'Las brujas de Salem', del autor Arthur Miller, en 2007, tras compartir espacio con un gran elenco de reconocidos actores españoles. Destacan algunos de los títulos en los que formó parte del reparto como en 1985, 'La huella del crimen: El crimen del Capitán Sánchez', de Vicente Aranda, con actores como; Fernando Guillén, Victoria Abril y Maribel Verdú. En 1983, 'Asesinato en el comité central', de Vicente Aranda, con actores como; Patxi Andión, Victoria Abril, Conrado San Martín, Palmiro Aranda, Miguel Rellan, o Héctor Alterio. En 1975 actuó en 'La menor', dirigida por Pedro Masó, y con Héctor Alterio, Juan Amigo, María Luisa Bernal o Edna Coelho. Realizó muchísimas interpretaciones durante su carrera, en el cine, en la televisión y el teatro. Toda una vida dedicada a las artes escénicas a las que deja su legado y un recuerdo imborrable en su familia y en todos aquellos que le conocieron.

Donde también han sentido su fallecimiento ha sido en el municipio de Bonrepòs i Mirambell, en l'Horta Nord, pueblo natal de su mujer, Fina Rives, y donde se trasladó a vivir en su última etapa, tras jubilarse. De hecho, en esta localidad era conocido como el 'home de Fina Rives' y se implicó en la vida social, como uno de los precursores de la creación de la Llar, una sede para las artes, que ahora se está reformando. El Consistorio le rindió un emotivo homenaje en el año 2019, con motivo del estreno de un documental en el que se narra la historia de este espacio municipal.