Fallece Antonio Santos, exjefe de la Policía Local de Paterna entre 1978 y 1989

El exjefe de la Policía Local de Paterna Antonio Santos Giménez ha fallecido a los 78 años. Natural de El Bonillo (Albacete), comenzó su carrera en la Policía en Valencia, aunque pronto se afincó en Paterna. Ejerció su jefatura durante más de una década (1978-1989) coincidiendo en el tiempo con el restablecimiento de la democracia. Trabajó de hecho codo con codo con el primer alcalde democrático de la localidad, Bernardino Giménez. En ese contexto, Santos dio los primeros pasos de lo que hoy es la Policía Local, recuerdan sus compañeros. Asumió el cargo en una época de transición, se adaptó a los recursos que había, con una plantilla ajustada y envejecida, y reorganizó el cuerpo. En esa época, básicamente realizaban funciones de notificación y de regulación del tráfico. Paterna tenía –y tiene– un término municipal de grandes dimensiones –entonces aún no se había segregado San Antonio de Benagéber, por ejemplo–, con zonas industriales como Fuente del Jarro, que ya estaba operativa, y todo el tráfico procedentes de Valencia así como de municipios próximos pasaba por el núcleo urbano.

A Santos le apasionaba el tráfico. Pese a su cargo, se reservaba un hueco en su jornada para regularlo en la salida de algún colegio. Durante su jefatura se modificó la dirección de la calle Mayor, que hasta 1989 era de doble sentido. También se construyó el tramo de V-30 que permitió acceder a Paterna y a la Cañada sin utilizar la denominada pista de Ademuz, que junto a la carretera que pasa por Benimàmet eran las dos vías de acceso a Paterna. Su implicación en el diseño vial era tal que solía acompañar a los operarios que pintaban las señales en la carretera.

Santos era muy conocido y querido en Paterna. Fue condecorado por el Ayuntamiento en 1998, justo el día que se inauguró la actual Central de Policía Local.

Del Sargento Jefe –denominación aún de carácter militar que tenía el cuerpo en ese momento– se pueden contar muchas anécdotas. Una que destacó en el acto de su jubilación es el servicio de regulación del tráfico la tarde del 23 de febrero de 1981. Fue requerido por el Coronel Jefe del Acuartelamiento de Paterna bajo el pretexto de realizar unas maniobras, desconociendo que lo que realmente se gestaba era un golpe de Estado. El Partido Comunista de Paterna exigió su cese pero el alcalde Bernardino Giménez «defendió su profesionalidad y lo ratificó en el puesto», recuerda un compañero.

Vivió el crecimiento del barrio de La Coma, la época dura de la drogadicción con heroína y el aumento de la delincuencia aparejada a ello. Nada de ello llevaba a casa. Sus hijos sí tienen grabada una imagen en la retina. La de su padre revisando los bajos del vehículo familiar antes de que ellos se subieran. Su nombre figuró en su momento en una lista de objetivos del grupo terrorista Grapo, y toda precaución era poca.

«Los que conocimos a Antonio Santos lo recordamos como un hombre bueno, honrado y leal con un exquisito sentido del humor», recuerda un compañero.

Pese a su cargo era humilde y no en excesivo autoritario. De hecho, entre sus principales características destaca que era capa de contemporizar, mediar, generar un consenso. Tenía especial predilección por los jóvenes agentes, siempre preocupado en enseñarles el oficio, a tener paciencia, a no precipitarse, a tomar buenas decisiones.

En los últimos tiempos, tras la jubilación y ya acechado por la enfermedad, disfrutaba del aire libre en la huerta que tenía en Llíria junto a su mujer, hijos y nietos.

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