Fallece Eduardo Ballester, decano de Convento y empresario de éxito del sector del automóvil

Nos ha dejado Eduardo Ballester Barrera con 87 años en vísperas de una de sus fiestas que vivió con más intensidad y que este año se celebran en unas fechas atípicas, las Fallas. Eduardo era una persona emprendedora y trabajadora que se hizo a sí misma. Su tesón lo convirtió en uno de los empresarios de éxito en el sector del automóvil, muy reconocido y querido en Valencia. Fue la imagen de la marca Volkswagen en la ciudad y quien abrió en 1980 uno de primeros concesionarios de la marca alemana en España. El mar era también una de sus pasiones y por ello su segunda casa fue siempre Xàbia, donde ya veraneaba de pequeño con su familia y donde hizo raíces para pasar largas temporadas. Era amante del Mediterráneo y salía a menudo a navegar por las aguas de la Marina Alta. Pero su mayor empresa y pasión fue siempre su familia, su mujer Maruja Casabuena y sus tres hijos Eduardo, Rafael y Santiago, concejal este último en el Ayuntamiento de Valencia, a quienes ya desde pequeños le inculcó los valores para afrontar la vida y también una fuerte mentalidad emprendedora. Eduardo era el decano de la comisión Convento Jerusalén-Matemático Marzal y la fiesta fallera la llevaba en la sangre, tanto él como su mujer Maruja. Ella fue una de las primeras presidentas de la sección femenina de esta centenaria falla del centro de la ciudad. En la comisión hizo grandes amigos con quienes compartió grandes momentos y donde una de sus nietas llegó a ser fallera mayor infantil y formó parte de la corte de la fallera mayor de Valencia. Nos dejó en la madrugada del domingo y hasta el ultimo día vivió siempre acompañado de su mujer, sus tres hijos, nueras y sus cuatro nietos, Eduardo, Yago, Marta y Sol. Eran esos momentos los que más disfrutó siempre Eduardo. Ahora desde el cielo seguirá cuidando de ellos como siempre. La misa tendrá lugar hoy a las 10.45 horas en el tanatorio municipal de Valencia y el entierro se celebrará a partir de las 13 horas en el cementerio de Xàbia.