Una parte del corazón de la Falla Convento Jerusalén deja de latir

Con el verano dando sus últimos coletazos y el inicio del nuevo curso escolar llamando a las puertas, el mundo fallero también comienza a estar en plena actividad. Este frenesí festivo se tiñe de luto en la Falla Convento Jerusalén- Matemático Marzal con la pérdida de su vicepresidente Eduardo Monfort Bronch, al quién la Falla consideraba como «parte de su corazón». La comisión conocía ayer el deceso de uno de sus pilares más relevantes, aquel que hizo posible la continuidad de la Falla cuando en 1979 su presidente, Paco Corell, abandonó el cargo y quiso disolver la comisión. «Tú y unos pocos falleros fuisteis los que hicisteis que Convento siguiera adelante y que hoy podamos ser quienes somos», señalaba en las redes sociales Rafa Cartagena, actual Secretario General de la comisión.

Y es que para Eduardo las Fallas era una de sus pasiones. Convento se convirtió en una parte fundamental de su vida y a ella dedicaba mucho de su tiempo, ya que como recuerdan desde la comisión ocupó todos los cargos de la directiva, a excepción de la presidencia.

Eduardo dedicó más de 50 años de su vida a esta Falla fundada en 1893 y a la que con esfuerzo y pasión logró convertir en lo que actualmente es, una de las comisiones más importantes y reconocidas de la ciudad de Valencia. Tanto es así que ha sido reconocido con todos y cada una de las recompensas que los presidentes de la comisión conceden a sus falleros más ilustres o De hecho, este mismo mes de marzo, durante el ejercicio 2023-2024, recibió la Insignia de Platino y Brillantes creada por el actual presidente, Paco Segura.

Este trabajo, casi siempre en la sombra, que realizó Eduardo Monfort era la consecuencia de una forma de pensar y vivir, ya que como recuerda en las redes sociales el Secretario General de la comisión siempre «tuvo la convicción de que cada cosa que has dicho, que has hecho, que has negado o que has concedido, ha sido por el bien de la Comisión, porque estabas convencido de que lo mejor para tu Falla, era actuar de esa manera, aun a riesgo de equivocarte. Pero alguien tiene que tomar decisiones, y ese, muchas veces, eres TÚ… y por supuesto, quien hace, es el que se puede equivocar. Y tú siempre has hecho. Cada día, cada hora, cada momento que Convento te ha necesitado».