Fallece Joaquín Vicent Vicent, maestro de escuela y creador de empresas naranjeras e industriales

Joaquín Vicent tenía formación de maestro de escuela, pero estuvo poco en esta profesión -que ejerció en el pueblo castellonense de Toga, cerca de Montanejos-, porque su carácter emprendedor buscaba horizontes más amplios. Y como buen 'burrianero' tenía bien claro por dónde debía empezar: por una buena finca de naranjos. La primera. Seguía así el ejemplo de tantos de Burriana, con la citricultura en los genes y muchas ganas por salir a emprender a toda costa. A exportar naranjas o a lo que haga falta.

En sus 94 años de vida nunca dejó de tener la iniciativa empresarial a flor de piel, y ahora que nos acaba de dejar, su hijo Carlos recuerda cómo le inculcó a él y a sus hermanos, Rosa, Joaquín y Ana, ese mismo talante, así como «nos enseñó a ser personas, a estar unidos y tener máximo respeto por los valores de la familia, de los amigos y de la empresa».

Joaquín Vicent, Ximo para los amigos, era una persona sabia, seria y al mismo tiempo sumamente divertida. Sabía como nadie cómo introducir la frase exacta que desmontaba tensiones y levantaba sonrisas. A sus hijos les deja el gran recuerdo de «haber sido un padre que se ha desvivido por nosotros, a cada uno le ha ayudado en lo que ha necesitado y siempre ha sabido sacar lo mejor de nosotros». Quedó viudo todavía joven y «ha antepuesto su felicidad por nosotros, estando siempre a nuestro lado, inculcándonos la necesidad de emprender cualquier cosa con esfuerzo y sin dejar nada al azar». Triunfó con una decena de empresas agrícolas y en diversos sectores de la industria, servicios y construcción. Promovió viviendas, instaló gasolineras, montó una firma especializada en limpiar refinerías, otras dedicadas a la limpieza y restauración de grandes monumentos, así como una se dedica a la arqueología subacuática... Todas ellas en activo, y la última, Cyros, construye ahora apartamentos y hoteles de lujo.

Descanse en paz.