Muere Luis Gómez Artés, expresidente del Club de Tenis Valencia

Jurista, apasionado del tenis y de la náutica, compañero de juego y de vida que con su fino humor, irónico, un punto anglosajón, y su fortaleza física devolvió los saques directos que la enfermedad le fue lanzando. Hace quince años que Luis Gómez Artés, expresidente del Club de Tenis Valencia entre 2003 y 2011 fallecido ayer a los 72 años, tuvo que guardar la raqueta para remontar la bola de partido que le puso la vida. Dejó de practicar un deporte que parecía hecho para él –quienes compartieron partidos con Luis dicen que tenía un talento natural y un revés maravilloso–. También dejó los cargos que ocupaba en el club y en la Federación Valenciana de Cajas de Ahorros –fue secretario general entre 2007 y 2011–. Continuó ejerciendo como abogado, una profesión en la que, tras sus inicios laborales como letrado en Promobanc (1974), del que luego fue secretario general (1978), llegó a encargarse en BBV y posteriormente BBVA de la jefatura de servicios jurídicos a nivel regional (Comunitat, Murcia y Baleares) entre 1999 y 2007. Lo que no dejó fue la náutica. Tenía un velero, 'Grand Slam' lo bautizó –el tenis siempre presente–, con el que pasaba largas temporadas en Ibiza. Tenía la titulación de patrón de yate y fue nombrado consejero del Desafío Español-Iberdrola en 2007, cuando la Copa América vino a Valencia.

Luis nació en 1950 y tiene tres hijos –Paula, Sofía y Javier, en los que se entrevén rasgos del carácter y la fortaleza de su padre–. Sus orígenes, sin embargo estaban tierra adentro, en Camporrobles, donde nació su abuela. Allí tiene una casa familiar, a la que en los últimos tiempos volvía de forma frecuente en busca de sus raíces y de tranquilidad. Luis pasó sus primeros años de estudiante en los Hermanos Maristas de la calle Salamanca. Luego se licenció en Derecho en la Universidad de Valencia. Siendo apenas un chaval entró en la escuela de tenis (su padre se asoció al club a finales de los 50) y llegó a competir en campeonatos universitarios. Su amor por este deporte le llevó, primero a presidir la Federación Valenciana de Tenis, y luego a presentar su candidatura en 2003 a la presidencia del Club de Tenis Valencia, que dirigió durante ocho años. Con él, el club dio un salto cualitativo. Se convirtió en el centro de la vida social, económica y política de la ciudad. Juanjo Gómez, su primo –aunque más que primo lo considera un amigo tal es el vínculo que crearon–, lo acompañaba en la candidatura. Enumera algunos logros como recuperar el torneo ATP 250, que posteriormente se convirtió en un 500, modernizar la gestión del club, reactivarlo socialmente, impulsar los torneos por clubes...

Él jugó hasta que la enfermedad se lo impidió. Iba al club siempre que podía, hasta tres o cuatro partidas semanales, al margen de la fija de los viernes, de dobles, con un grupo inamovible del que formaba parte su primo Juan José, su amigo Paco Reig y el expresidente de la Generalitat Francisco Camps –que su pareja de dobles desde mucho antes de destacar en la política–. Se reunieron todos los viernes durante 15 años.

Luis Gómez contribuyó a poner Valencia en el foco mundial del deporte de élite. Con el club, tanto en la directiva como en sus muchos años como socio, creando el caldo de cultivo para que salieran dos números uno –Marat Safin y Juan Carlos Ferrero– con licencia del Club de Tenis Valencia. Como presidente, vivió el centenario del club, fundado en 1905, y lo disfrutó rodeado de muchas de estas grandes estrellas.