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María Muñoz de Prat
Valencia
Lunes, 13 de junio 2022
El pasado 10 de junio falleció José Antonio de Prat Gómez-Trenor, conde de Berbedel y barón de Sohr, hijo de José Antonio de Prat Dupuy de Lôme y Concepción Gómez-Trenor y Trenor. Vernos a través de los ojos de los demás es una práctica poco habitual, pero viendo todos los mensajes de cariño y admiración que la familia está recibiendo, podemos desde un segundo plano conocer mejor a José Antonio de Prat Gómez-Trenor. Hablar de José Antonio es hablar de un hombre carismático, que ha dejado una profunda huella de cariño y amistad. En palabras de su esposa, Nidita, «se ha ido una gran persona, de gran generosidad». Un hombre del que todo el mundo que le conocía destaca «la gran lección de vida que nos ha dado». Una lección de vida, que consiste precisamente en eso, en vivir. En luchar y disfrutar la vida mientras que recorres tu camino. Para aquellos que no le conocían, el camino que recorrió José Antonio tenía un sello personal y era el sentido del humor con el que afrontaba todo aquello que la vida le deparase, y que hacía más fácil el día a día de aquellos que le rodeaban. Un sentido del humor que encontraba complicidad en su nieta Bárbara. Este es el gran legado que deja a su familia y que su nieta Olivia resume en «Totó era valiente». Valiente sí, siéndolo hasta el último momento, pero también luchador. Una fuerza interna que tendríamos que buscar en su infancia. El pequeño de tres hermanos que se quedó huérfano a los tres años, momento en el que se convirtió en barón de Sohr. Una realidad que marca su infancia y que le permite crear un vínculo especial con su madre, una adoración por el padre que llegaría a conocer a través de ella y que genera un gran sentido de familia en él. Llegar a conocer a José Antonio representa conocer también a los dos puntales de su vida, su mujer y su hija Bárbara, que le han apoyado incondicionalmente en todo momento. En la vida de José Antonio hay un antes y un después, sus cuatro nietos. Tener la posibilidad de disfrutar de ellos y transmitirles sus grandes pasiones como el campo, la caza y el esquí son vivencias que quedarán para siempre en ellos. En palabras de su nieto Yago «Totó era el mejor abuelo». Esa fuerza que le caracterizaba se traduce en una gran capacidad de trabajo, que le llevaría a una carrera en el sector bancario, que dejaría para convertirse en empresario. Hoy en día diríamos de él que es un emprendedor e innovador, sólo que José Antonio lo lleva siendo desde hace cincuenta años. Pero en palabras de su familia, a él le gustaba más destacar su faceta de agricultor, una pasión que habría heredado de su abuelo el Conde de Trenor y que desarrolló en Fontanars dels Alforins. Cabría preguntarse, cómo se veía él. José Antonio se veía y se sentía orgulloso de ser valenciano y de ser español. Creía en la importancia de ambos sentimientos para el desarrollo tanto de la Ciudad como del País y veía, como buen emprendedor, su capacidad de desarrollo y la importancia de que no se pusiese frenos al progreso. Ha significado tanto para personas tan diversas que describir a José Antonio de Prat es difícil, por eso para su nieta pequeña Sol el conde de Berbedel era simplemente 'Totó'.
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