ISABEL DOMINGO
Valencia
Domingo, 5 de agosto 2018, 08:19
Pasa la medianoche en las inmediaciones de l'Ocenaogràfic y Nazaret. El silencio y el bochorno por el calor se imponen en la zona. Eso a pesar de que en las vías próximas al túnel de Serrería el trabajo es frenético por las obras del corredor mediterráneo, en concreto por la segunda fase de implantación del tercer carril entre Valencia y Sagunto, que obligó a restringir la circulación de trenes el pasado julio.
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Se trabaja por la mañana y por la noche -la franja en que las actuaciones se intensifican al no haber paso de trenes- para que todo regrese a la normalidad el 1 de septiembre, por lo que los trabajos han alcanzado su ecuador. En la madrugada del pasado miércoles se produjo uno de los momentos clave de los trabajos, debido a su complejidad, ya que todo debe encajar como en un 'Lego'. LAS PROVINCIAS es testigo de cómo los técnicos de Adif colocan uno de los aparatos de vía en la bifurcación Puerto, a la salida sur del túnel.
Este elemento, también denominado desvío, es como el cerebro del tercer carril, ya que permite bifurcar las vías y es imprescindible para el correcto funcionamiento del tercer hilo y la adaptación de las instalaciones de la línea. Su colocación tiene algo de ritual, en el que todos los operarios (algo más de medio centenar) se mueven al unísono y sin que sea necesario dar instrucciones constantes del jefe de la obra.
Tras el proceso del rebaje y retirada del balasto («las piedrecillas bajo la vía») con una máquina que recuerda a las trilladoras del campo, es el momento clave de la jornada: depositar el desvío, que llegue pre-montado desde Fuente de San Luis y alcanza un peso de 80 toneladas, sobre la vía.
Previamente, los operarios han desplegado en apenas unos minutos un carril provisional para que puedan acceder las máquinas que trasladan el aparato de vía, que tiene una longitud de 54 metros. Las máquinas parecen carros y, en sus movimientos, recuerdan al 'R2-D2' de 'Star Wars'. Sobre ellas, el aparato de vía y unos pórticos (punteros en Valencia) que, posteriormente, extenderán unos brazos hidráulicos para fijarse al suelo.
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Llega el turno de depositar el desvío, la joya del tercer carril, con mucha cautela ya que si se colocara mal el proceso de desmontaje sería muy complicado. A pesar de la tensión, y de que algún carro se resiste a regresar a su destino, la operación avanza. Y el tiempo, pues han pasado casi 60 minutos desde que aparecieron las primeras luces de los transportadores del aparato.
Tras pruebas de ajustes de 16 y 20 centímetros, más mediciones y la intervención de la radial para ajustar la parte de vía sobrante, esta parte de la infraestructura ya forma parte del tercer carril. Mientras, en el interior del túnel y en la salida hacia Alboraya, prosigue la colocación de las nuevas traviesas.
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