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Estado actual del Casino Monte Picayo con el hotel a sus espaldas. Damián Torres

El ocaso del Casino Monte Picayo

La familia catalana Lao, actual propietaria tras la venta hace un año de Cirsa a un fondo americano, busca comprador | El edificio sin uso desde hace años languidece con el interior totalmente vacío y sólo se conservan los muros exteriores

JUAN SANCHIS

Lunes, 4 de febrero 2019, 00:18

Tal día como hoy, 4 de febrero de 1979, abría sus puertas en Monte Picayo el segundo casino de España. Corrían los tiempos de la Transición política y la ley del juego acababa de aprobarse. El propietario del hotel de lujo, el empresario valenciano Jesús Gómez Escardó, consiguió la licencia para abrir un local de ocio y se embarcó en la empresa. Cuarenta años después poco queda del esplendor de antaño.

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Desde el by-pass se puede distinguir con claridad el edificio del antiguo casino. Se muestra como una gran franja blanca en abierto contraste con la montaña. Pocos metros antes de llegar al edificio todavía se puede ver una inmensa valla, descolorida por el paso del tiempo, que aún da la bienvenida al visitante.

Del edificio, protegido por una alambrada que recorre el perímetro, quedan la estructura y las paredes exteriores. El interior, según lo que se puede apreciar desde el exterior, está diáfano por completo. Sólo se mantienen las paredes maestras. Las ventanas no tienen cristales y se han quitado los marcos.

La entrada al hotel vallada. Damián Torres

El lugar está totalmente desierto desde que en octubre de 2014, se va a cumplir el quinto aniversario, Cirsa, la antigua propietaria de las instalaciones, trasladara el personal al Casino de Valencia y clausurara las actividades. No se ha vuelto a abrir y, según las fuentes consultadas que este periódico no ha podido contrastar con la familia propietaria, la intención es la venta.

En la propiedad hay contratado personal encargado de mantener los edificios hasta que se encuentre un comprador, una tarea que no parece sencilla. Fuentes del Ayuntamiento de Puçol explicaron que el terreno está catalogado como espacio de usos de ocio y recreativos por lo que la utilización de estos terrenos está limitada a las actuaciones permitidas en zonas con esta catalogación.

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La propiedad de los edificios ha sufrido distintas visicitudes. Todo nació como un proyecto de Jesús Gómez Escardó que promovió la construcción del hotel de lujo y una urbanización en Puçol. Pero el negocio hotelero no terminaba de arrancar. Ante ello, el empresario realizó una nueva apuesta. Se acababa de dar luz verde a la ley por la que en España se pudiera volver a jugar después de una prohibición de cuarenta años. En 1977 el Gobierno aprobó la construcción de 18 casinos por todo el territorio español. Uno de ellos fue el de Monte Picayo, que abría sus puertas dos años después.

Esplendor y crisis

Durante los siguientes quince años fue un punto de referencia de la sociedad valenciana y vivió su época de esplendor. Por sus instalaciones pasaron infinidad de caras conocidas. Pero llegó la crisis de los años noventa del siglo pasado. Progresivamente la actividad empezó a decaer y la familia tuvo que replantearse el futuro. Fue el momento de Cirsa. La empresa de Manuel Lao adquirió el complejo valenciano en 1999. Pagó por la compra 4.000 millones de las antiguas pesetas. El Casino Monte Picayo todavía se mantuvo abierto quince años más. Mientras, Cirsa construyó sus nuevas instalaciones en Valencia en 2010 y cuatro años después dio el cerrojazo a las instalaciones de Puçol.

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Un nuevo capítulo sobre la historia de estas instalaciones se escribió en abril de 2018 cuando el fondo de inversión americano Blackstone compró Cirsa. En la operación no se incluyó ni el Casino Monte Picayo ni el hotel. Ambos siguen ahora en manos de la familia Lao, pero ya sin ninguna vinculación con la empresa de juego, por lo que estudian qué hacer con la propiedad, abandonada a su suerte en pleno casco urbano lejos del esplendor de otras épocas en esa zona de Puçol.

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