Ocho millones por el esqueleto de un hotel

Se vende. De alojamiento de lujo a un agujero negro de problemas para los vecinos, la obra en el acantilado de Borumbot en Calpe es un lastre para los residentes

Mar Guadalajara

Valencia

Viernes, 8 de julio 2022

Ni un cartel con el nombre de la empresa, ni valla publicitaria o imagen con la típica recreación de cómo quedará la construcción. Nada de nada. Lo que se alza en el acantilado de Borumbot frente al mar de Calpe es un esqueleto de ocho ... millones de euros de lo que quería ser un hotel y acabó siendo un lastre para los vecinos.

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Una obra sin terminar y una empresa constructora desaparecida en combate. Ese es el panorama para quienes conforman el vecindario de la zona, la mayoría familias de toda la vida, nacidas y criadas allí, en ese trozo de montaña que ya ha perdido su esencia, la de las casas de poca altura y hechas casi con sus propias manos. Son ellos, los residentes, los que consiguen que la zona conserve las raíces a pesar de la masificación y el turismo.

Esos vecinos, hijos de los primeros que habitaron el acantilado, vieron como crecía poco a poco la construcción en la zona. «Aquí somos todos de toda la vida, gente que se ha ido renovando las casas pero ahí está el de la ferretería, fahí otra familias conocida del pueblo y así, pero antes de la pandemia empezaron a construir nuevos edificios, ese de allí detrás es de unos rusos por ejemplo, después empezó este, sobre 2019 o así y ahí se quedó», explica Vicente, que vive justo al lado de la obra paralizada y que además, tiene su gestoría en el pueblo.

«Quitan un tramo de calle y se meten ahí dentro, este invierno habían unos que se creían que era su chalé»

Todo lo que se comenta entre ellos sobre el esqueleto es de oídas; nadie sabe quién compró las casas antiguas que antes estaban ahí, tampoco qué querían hacer exactamente ni cuándo estaba previsto que terminara. Y los reproches y quejas llegaron este año al vecindario. Pero poco puede hacer el Ayuntamiento de la localidad.

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«La empresa está en concurso de acreedores y ha parado la obra», confirman desde el consistorio de Calpe que fue quien les concedió la licencia «porque estaba todo correcto», explican.

La obra se paralizó en 2020 y lleva dos años sin actividad. Ahora los restos de lo que pretendía ser están a la venta por nada más y nada menos que ocho millones.

Pero lo que descuadra a los vecinos es qué intenciones tenía el empresario que compró los dos solares con viviendas incluídas por aproximadamente 4millones de euros, para después tirarlo todo abajo y empezar a construir un hotel de apenas 15 habitaciones. Las malas lenguas insinúan que fue una operación para blanquear dinero. «Sinceramente, no parece trigo limpio, es un hotel pequeño, yo me pregunto cuánto tenía pensado cobrar por noche para que le saliera rentable», se cuestiona Vicente.

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Justo al lado de la obra vive otra vecina que se asoma desde su terraza, elevada un par de metros del nivel del suelo. Desde ahí ella puede ver el interior de la parcela. «Estuvieron mucho tiempo trabajando, llegaron a perforar hasta el nivel del mar, fue increíble», relata. Y lamenta que ahora esté parada. «Es un peligro, entre la valla que lo rodea que quita un tramo de calle, que se meten ahí dentro a hacer yo qué sé qué, porque ahí este invierno han estado unos que se creían que eso era su chalé, y que encima ahora con tantos coches maniobrar en esta calle es super complicado, después de todo el follón de las obras ahora se queda así, es una pena», protesta la vecina desde su propiedad. Ella cree que no se venderá y tampoco confía en que retiren la valla que obstaculiza la zona.

El Ayuntamiento asegura que ya les ha solicitado que las quiten pero advierte: «es una propiedad privada no se puede acceder ni tocar nada».

Para los residentes de la zona es casi imposible que se venda. No confían en que la parcela resucite y más con la situación actual de subida de los precios de materiales, combustibles y transporte. Temen que se convierta en un foco de porquería, de problemas o de molestias para la zona. De tener un hotel de lujo como vecino han pasado al esqueleto de lo que podría haber sido. Un agujero negro en potencia que crece sin que haya ninguna oferta ni comprador. De llegar a venderse habría que volver a pedir licencia, con lo que el proceso se dilatará en el tiempo de igual modo. «Si se modifica el proyecto tendrán que pedir licencia».

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