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D. GUINDO/J. SANCHIS
Viernes, 20 de diciembre 2019, 23:57
valencia. Inundaciones, lluvia y viento de hasta 150 kilómetros por hora. Son algunas de las consecuencias que está dejando la borrasca Elsa a su paso por la Península Ibérica. Sus efectos han llegado también a la Comunitat, pero de forma mucho más mitigada.
Las lluvias fueron suaves y aisladas. El viento sí que llegó a superar los 100 kilómetros por hora en el interior de la Comunitat. Pero el efecto más sorprendente de la borrasca es que Elsa ha tocado tierras valencianas acompañada de un brusco incremento de las temperaturas.
Con el viento de poniente las mínimas subieron ayer once grados respecto a días anteriores y las máximas rondaron los 23 grados en el litoral sur de Valencia y norte de Alicante. Las previsiones, además, apuntan a que hoy sábado los termómetros pueden marcar valores más altos.
En ningún punto de la Comunitat los termómetros registraron ayer valores por debajo de los cero grados. La mínima se registró en Castellfort con 6,5º. En Vilafranca del Cid se contabilizaron 7,1º cuando 24 horas antes el mercurio había bajado hasta los 0,8 negativos. La mayor variación se produjo en Villena donde ayer la temperatura mínima fue de 10,6 grados y el jueves los termómetros llegaron a marcar -1,1.
Oliva registró ayer la máxima de la Comunitat Valenciana con 23,2 grados, seguido de Pego con 23. En Valencia se registraron 21,8, mientras que Alicante se quedó en los 16,6º y Castellón en 21,9º.
Fuerte viento
Las rachas de viento más fuertes se localizaron en el interior de Valencia y norte de Castellón. Según la Associació Valenciana de Meteorologia (Avamet) en Buñol alcanzaron los 132 kilómetros por hora, los 117 en Xodos y El Toro, los 114 en Culla y los 100 en Vistabella del Maestrat. En Valencia se contabilizaron hasta 93 kilómetros.
Las fuertes rachas provocaron incidentes de distinta consideración. Una dotación del cuerpo de bomberos de Valencia tuvo que acudir ayer por la mañana al estadio del Levante para retirar un fragmento de la cubierta del Ciutat de València y se acordonó la zona. El resto de incidentes fueron menores tanto en Valencia como en Castellón.
El interior de la provincia de Valencia estará durante el fin de semana en alerta naranja por viento de componente oeste que podría alcanzar rachas máximas de 100 kilómetros por hora. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la alerta naranja en el interior de Valencia esta previsto que se inicie a las 10:00 horas del sábado y se prolongue hasta las 10:00 horas del domingo. Ya a partir de ese momento se prevé que se estabilice la situación atmosférica, con cielos sin nubes y una bajada moderada de temperaturas.
El viento intenso y los cambios bruscos de temperatura, especialmente cuando se registra un descenso en el mercurio, suponen un flaco favor para los enfermos crónicos, los asmáticos y en los que sufren alergias.
Según explica el doctor Aurelio Duque, médico de familia del centro de salud Alfahuir de Valencia, una bajada de las temperaturas suelen venir acompañada de un repunte de los brotes de patologías respiratorias. Además, la caída del mercurio genera descompensación en los enfermos de rinitis o en aquellos que sufren bronquitis crónica, por lo que para todos aquellos pacientes con las defensas más bajas de lo habitual o inmunodeprimidos, estos vaivenes en los registros son contraproducentes. Además, las oscilaciones térmicas hacen también que la población se abrigue más de lo habitual, pase calor durante buena parte del día, sude y se vuelva a enfriar, cuestiones que también propician esas dolencias respiratorias.
El viento, por su parte, supone un gran enemigo para asmáticos y alérgicos puesto que hay más presencia de polvo y polen en el ambiente. En esta línea, María Adsuar, médico de familia del centro de salud de Aspe, agregó que las rachas de viento también se pueden relacionar con afecciones como la irritabilidad o la ansiedad, mientras que las personas que sufren migrañas las padecen con más intensidad. El descenso de las temperaturas y el aumento de la humedad también facilita la proliferación de virus, que se contagian con más facilidad en ambientes cerrados. «Lo más importante es la prevención, evitar exponerse a cambios bruscos de temperatura», apuntó.
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