Las operaciones derivadas a la privada para combatir la lista de espera en la Comunitat Valenciana se disparan en todas las especialidades

La falta de médicos, enfermeros y de quirófanos disponibles en muchos hospitales públicos obligan a que se tenga que echar mano de este plan de choque para no seguir elevando la lista de espera. Siempre se le da a elegir al paciente, si prefiere ser intervenido en un centro privado o público, pero se le hace saber que se enfrenta a seis meses de espera o más, mientras que en el concertado sólo serían una o dos semanas. Así, un porcentaje muy elevado de gente no duda en irse al privado.

Es lo que le ocurrió a María Lillo, que tenía artrosis y la operaron para colocarle una prótesis de rodilla. «Te mandan al hospital, pasa mucho tiempo y estás en lista de espera, unos seis meses te dicen. Están tan saturados, que a los cuatro meses me mandaron una carta para ofrecerme si quería acogerme al plan de choque, y al aceptar, en menos de diez días estaba operada», explica la mujer. En su caso fue derivada al hospital Ribera IMSKE de Valencia, tras una larga espera en el Clínico.

Una situación que vivieron 42.755 personas en la Comunitat durante el año 2023, según los últimos datos que acaba de hacer públicos la Generalitat en la memoria anual de Sanidad. Son casi diez mil más que en el año anterior, con 33.058 en el año 2022. Y tanto los sindicatos como los facultativos están convencidos de que en 2024 se habrán superado esas últimas cifras, ya que ha sido el primero en el que el actual gobierno autonómico ha estado el año entero.

Las intervenciones de oftalmología (9.588 casos) y de cirugía general (8.494) son las que más se derivan a estos centros privados, que en los últimos años se han incrementado en la Comunitat. La construcción y apertura de nuevos hospitales y clínicas se ha disparado, tanto en Valencia ciudad como en varias zonas de la provincia de Alicante. Sanidad paga por cada intervención que deriva desde los hospitales públicos a estos centros, quienes se hacen cargo de la operación en unos plazos que la pública no puede ofrecer.

Para Rosa Atiénzar, secretaria general de sanidad en CCOO, «se hacen tantos autoconciertos para poder dar respuesta a las necesidades de la población, paliando así las deficiencias organizativas y el infradimensionamiento de las plantillas que padece el servicio público de salud por los recortes sanitarios implantados», asegura. «Es necesario adoptar medidas organizativas y estructurales con las que se amplíe el horario ordinario de funcionamiento de los servicios sanitarios y por supuesto mejorar las condiciones laborales del personal para hacer atractiva la sanidad pública y poner freno a la fuga de profesionales», añade la responsable sindical.

En todas las especialidades ha aumentado la cantidad de operaciones que se derivan a la privada año tras año, y en especial en estos últimos datos de 2023. Además de las mencionadas oftalmología y cirugía general, se incrementan también la urología (7.193 casos) y traumatología (6.749), así como dermatología (2.215) y ginecología (1.474), que son las más numerosas. Pero también aumentan otras menos habituales como cirugía plástica, que con 606 casos suponen el triple que en 2021, o cirugía torácica, que se duplica respecto a 2022.

En el caso de la paciente María Lillo, fue en su centro de especialidades tras una revisión cuando le dijeron que se tenía que operar. «Después pasaron cuatro meses hasta que me vieron en el hospital Clínico y me preguntaron otra vez si quería operarme. Y a los cuatro meses más me enviaron la carta para ver si aceptaba el plan de choque», señala, para ser intervenida en un centro privado. «Es un formulario ya hecho en el que te dan una serie de hospitales para que elijas. Puedes elegir varios por orden de preferencia, había muchos privados en la lista», indica.

«Si aceptas, eliges uno y te vas al centro de salud y lo entregas allí por registro. En mi caso tardaron una semana en llamarme del primero, el IMSKE y me dijeron si estaba interesada. En menos de 10 días estaba operada. Eso sí que funciona rápido», apunta la mujer. «En el Clínico no llegan con el personal que son, es algo demencial», expresa. Eso sí, los centros privados sólo se hacen cargo de la operación. Después la rehabilitación ya es cosa de su departamento público. En este caso María la hizo en el Clínico.

Para el sindicato CSIF «debido a la falta de plantilla estructural, Sanidad se ve obligada a derivar pacientes de la pública a la privada para poder garantizar, mínimamente, la atención no demorable. La necesidad real de sistema sanitario pasa por reforzar las plantillas de profesionales y mejorar la gestión sanitaria con personal cualificado y formado», señalan.

Por hospitales, en La Fe ha aumentado muchísimo este plan de choque, y pasa de 1.921 pacientes derivados en el año 2022 a los 2.965 en el 2023. Aun así, es el centro que más operaciones realiza, con 32.272. El hospital de Valencia que más pacientes deriva vuelve a ser el General, con 3.759, aunque es el único que baja, respecto a los 3.963 del año anterior. Casi una de cada cuatro operaciones en el General se deriva a otros centros privados, ya que en total hizo 20.019 intervenciones.

En el Peset también aumenta en 900 personas y llega a los 2.183, cifras muy similares a las de La Ribera, y en Gandia sube más del doble, hasta 1.174. Y en lo más alto del ranking está un centro mucho más pequeño, el de Elda, que con 3.787 derivaciones incluye en este plan de autoconciertos casi el 30% de su actividad quirúrgica, más que ningún otro centro.