LA ERMITA DEL CARRAIXET

Junto al barranco de Carraixet se levanta una ermita, bajo la advocación de la Virgen de los Desamparados, cuya historia es desconocida por gran parte de los valencianos y que hoy traemos a esta columna como divulgación de la misma de acuerdo con los trabajos realizados por diversos historiadores y estudiosos.

La curiosa historia arranca por una orden del Consell de la Ciutat de 1400 por la que se ordena sean enterrados en este lugar los llamados «desamparados», según afirman los historiadores Orellana y el marqués de Cruilles en su Guía de Valencia. La cofradía de la Virgen en el años 1416 se hace cargo del cementerio en el que dan sepultura a las personas que fallecen en la calle y en centros asistenciales sin familia.

En el año 1447 la cofradía levanta la ermita sobre el antiguo cementerio. El actual ermitorio data de 1940 y está levantado sobre el antiguo cementerio y ermita primitiva. Sin embargo, la Cofradía de la Virgen era la encargada de la piadosa tarea de asistir también a los condenados y dar sepultura a sus cuerpos en un pequeño cementerio, situado frente a la ermita, actualmente vallado y con una cancela de entrada.

Llegado a este punto hay que recodar que la actual plaza del Mercado era el lugar donde tenían lugar públicamente los ahorcamientos; los cadáveres quedaban expuestos como ejemplo. Al respecto varios historiadores señalan el cementerio frente a la ermita como lugar también de ahorcamientos.

La exposición de ajusticiados cesó en 1790, pero la pena capital siguió hasta principios del siglos XIX y se continuó enterrando a los condenados en este cementerio que pasó a ser conocido por el de «los ajusticiados» y que documentos del archivo municipal apuntan al enterramiento del guerrillero saguntino José Romeu y a Cayetano Ripoll, maestro de Ruzafa, considerado como la última víctima de la Inquisición. Por último cabe destacar que la ermita está cercana a la población de Tavernes Blanques que tiene a la Mare de Déu como patrona y a la que rinden solemnes fiestas.