Directo Un afortunado gana 119.480,72 euros en un municipio de apenas 2.500 habitantes

Lo más común es que ni suene el teléfono. Cuando se nota vida al otro lado es vida encapsulada: una voz metálica explica que les ... complace informar de que a raíz de la fusión de la entidad 'Tal y tal' -«entidad absorbida»- con 'Cual y cual', -«entidad absorbente»-, ésta última, la absorbente, se subroga los derechos y obligaciones que el cliente tenía con la otra. A continuación, la voz automática indica: «si quiere pedir cita previa, marque tal; si quiere tratar asuntos relacionados con cuentas, marque cual; si quiere que le atienda un agente, espere, por favor...» Y la mayoría de las veces te quedas esperando a que se presente al otro lado una persona de verdad, de carne y hueso, que sienta y comprenda. En otras ocasiones, si aparece alguien, cabe que se limite sólo a echar balones fuera: para eso tiene que llamar a..., o tiene que pedir cita previa..., o eso es de la otra entidad.

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El problema de la desatención en las entidades financieras está de gran actualidad está yendo a mucho más en los últimos tiempos y alcanza ya niveles muy alarmantes. La campaña de recogida de firmas iniciada por el valenciano Carlos San Juan ha contribuido como nunca a que se tengan en cuenta las dificultades crecientes que está encontrando la gran mayoría de la población para gestionar asuntos cotidianos relacionados con su dinero. Porque todos dependemos de cuentas bancarias para cobrar y pagar y los bancos no paran de cerrar sucursales y prescindir de personal, al tiempo que procuran quitarse de encima carga de trabajo para pasárnosla a nosotros.

Pretenden que seamos superdiestros en el manejo digital bancario, tarea para la que no estamos preparados, ni tenemos capacidades, ni tampoco ganas. Al menos no en los niveles que buscan. Para eso estará la vocación bancaria. Ni siquiera los que están duchos en la materia las tienen siempre todas consigo. No se trata sólo de la 'exclusión financiera' de personas mayores, que es un aspecto ya aceptado. La exclusión afecta a todos, porque en trámites sencillos, con los que en una oficina se tardan pocos minutos, los más habilidosos en todo esto, quienes de partida están por la labor y se sienten más seguros, también se quejan de que tardan mucho tiempo desde sus casa, cuando no se quedan 'colgados' y entonces se topan con lo de siempre: no hay nadie al otro lado del teléfono, o el contestador automático te sumerge en el laberinto. Con el agravante de que si partes de una entidad 'absorbida', la 'absorbente' la mantiene con peor trato, más a oscuras, como si los de 'pata negra' vieran que los empleados y clientes de la otra llevaran un pecado original que tendrán que expiar a base de sufrir y merecer.

Las desatenciones bancarias crecen sin parar y se multiplican más aún cuando se producen fusiones

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