Adiós al año 2021

Inmediatamente se alumbrará un nuevo año, 2022, que nos llega de inicio lleno de dudas e incertidumbres, pero también con mucha esperanza. La nueva variante del coronavirus, ómicron, según la ha bautizado la Organización Mundial de la Salud, es un nuevo 'bicho' que trae de cabeza a todos por el ascenso vertiginoso de los casos que se notifican diariamente, y que originan nuevas normas sanitarias que debemos de cumplir como hasta ahora.

La población, cansada, no cesa de cavilar, y no digamos el mundo fallero, al que le faltan 75 días para la plantà de las fallas, al margen del extenso programa de actos que antes se desarrollará de no haber sorpresas de última hora. Y en este caso aparece una clara dicotomía: los optimistas y los pesimistas.

Los primeros, los optimistas, ven claro que todo esto se suavizará basándose en las predicciones del cuerpo científico, que apuntan a que estamos llegando al pico de la pandemia. Los pesimistas, por su lado, lo ven todo sombrío y auguran el peor de los escenarios para los festejos falleros. Otra vez los nubarrones de la incertidumbre.

Todo indica que venceremos esta pandemia y 2022 mostrará unas espectaculares fallas, gracias, todo hay que decirlo, al esfuerzo de las comisiones y el plan de subvenciones municipal a dos años. Harina de otro costal será lo que suceda al año siguiente, en 2023, donde sólo prevalecerá la acostumbrada subvención anual; aspecto que tanto artistas como comisiones saben que sucederá y que se reflejará en los contratos. Veremos.