Aitana Mas Mas es la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana desde hace menos de seis meses. Es la dos del gobierno de Ximo Puig. Le ... tocó la complicada tarea de sustituir a la todopoderosa Mónica Oltra cuando se vio forzada a dimitir por la gestión que hizo desde la conselleria que ella misma dirigía en el caso de abusos a una menor por parte de su exmarido y trabajador a su cargo.

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Aitana fue la solución que planteó Compromis, ¡toda una sorpresa!, para llenar ese profundo vacío y contribuir a frenar una de las mayores crisis políticas a la que se enfrentaban como organización. Con todo, el foco mediático puesto sobre ella, pese a su juventud y corto recorrido gubernamental, Aitana ha superado el reto con creces. Hoy parece que siempre ha estado ahí, tanto, que el azar la ha llevado a un lugar estratégico para el futuro de Compromis.

La vicepresidenta ha sabido adaptarse a las exigencias, rutinas, dinámicas y demás folclore propio de la gestión institucional. Prácticamente de un día para otro pasó del anonimato a la visibilidad pública que le da un cargo con peso propio y el lastre de ser la sustituta de la mediática Oltra. Y no era tarea fácil, no sólo por el perfil y peso específico de su antecesora, sino también, por la carga de gestión natural de su doble condición de consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas así como de Portavoz. Quien conoce el Palacio de Fuentehermosa -donde tradicionalmente se celebran las ruedas de prensa semanales- sabe que no es tarea fácil salir de allí, al menos, igual que como previamente has entrado. Y Aitana se enfrentó con solvencia a esta prueba tan sólo pocas horas después de haber sido nombrada. Y tras algún tropiezo, ha dado la impresión que llevaba meses preparándose para este difícil papel.

Por sus formas y maneras es la Yolanda Díaz del Consell

Aitana es, por sus formas y maneras, como la Yolanda Díaz del Consell pero todavía sin ganas de su excesivo protagonismo. En lo más superficial, suele sonreír, cuida su imagen y su tono es ajeno a la tensión propia de otras etapas.

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Aunque es pronto para valorar su gestión, roza el medio año al frente de una de los departamentos más sensibles del gobierno y sin heridas de alcance. En sus espaldas, la obligación de defender con más fuerza los derechos hídricos de la Comunidad. Su origen alicantino, de Crevillente, corazón del Vinalopó, le debería obligar a tomar un papel más reivindicativo. Los del sur saben bien el valor del agua y los trasvases para nuestra comunidad.

Aitana Mas, con todo, ha superado el reto impuesto por su partido de apagar el incómodo y molesto fuego provocado por la gestión de la ex vicepresidenta de una crisis personal desde su cargo político. Un trago indeseable para cualquiera, la verdad. Acertaría, a mi juicio, la nueva vicepresidenta quedándose con su equipo en estos días de declaraciones judiciales y no poniendo tierra de por medio empleando la vieja excusa de un viaje oficial para no permanecer con los suyos en los malos momentos. ¿No les parece?

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