OCURRE TODOS LOS DÍAS

Esto es un conseller que sale del coche oficial mirando el móvil y le dice al secretario autonómico: «Mañana a las 9:30 habrá un eclipse de sol, y esto no ocurre todos los días. Que baje todo el personal al patio con gafas protectoras para presenciar el fenómeno. Yo les daré las explicaciones necesarias. Si llueve, que esperen en el vestíbulo».

En eso que el secretario autonómico pasa por el despacho de la directora general y le dice levantando las cejas: «Que dice el conseller que mañana a las 9:30 quiere que haya un eclipse de sol. Si llueve no se verá nada en el patio; entonces, con las gafas protectoras, el eclipse tendrá lugar en el vestíbulo; y esto no ocurre todos los días».

La directora general se lo piensa y llama el subdirector general. «Oye, que dice el conseller que mañana a las 9:30 con gafas protectoras inaugurará el eclipse de sol en el vestíbulo. El conseller dará la explicación de si debe llover, y esto no ocurre todos los días. Si hace buen tiempo y no llueve el eclipse tendrá lugar en el patio».

El subdirector general se ríe por seguirle el juego a la directora general y sale al pasillo pensativo hasta cruzarse con la jefa del Servicio de Coordinación: «Me dicen que mañana a las 9:30 lloverá en el patio. El conseller, con gafas protectoras, algo que no ocurre todos los días, dará explicaciones en el vestíbulo para que el eclipse se celebre en el patio».

La jefa del Servicio de Coordinación, que ha grabado la conversación por si en el futuro necesita recuperarla, decide pasar la pelota al del sindicato: «Mañana a las 9:30 tendrá lugar el eclipse del conseller con gafas protectoras por efecto del sol. Si llueve en el vestíbulo, algo que no ocurre todos los días, se saldrá al patio».

El del sindicato convoca a la asamblea y, después de resoplar, anuncia: «Mañana a eso de las 9:30, parece ser que el sol con gafas protectoras eclipsará al conseller en el vestíbulo ¡lástima que esto no ocurra todos los días!».

El chiste no es mío, sino que viene de uno de Eugenio, pero el humor sirve para demostrar como «la vida verdadera está en los márgenes», según afirma el poeta Luis Antonio de Villena. En ocasiones, una sencilla o bienintencionada idea va cogiendo otra sustancia y sufriendo las contusiones de rodar por la escala de mando de la organización hasta transformar la elegancia del galope de un caballo en una renqueante marcha de camello.

Sin embargo, eso no está del todo mal, porque puede ser que algo de la propuesta original pueda terminar llegando al destino. Aunque, claro, otra cosa es que la propuesta primigenia que se lance desde la cúspide de la pirámide sea una torpeza, una chorrada o una ocurrencia y termine estampándose sobre quienes debían beneficiarse... y eso sí ocurre todos los días.