Urgente Aemet confirma el regreso de las lluvias a la Comunitat y activa dos avisos amarillos

Cuando me comprometí con este periódico a escribir sobre el Eurobasket, me hice el siguiente esquema: si caen en el grupo será un desastre, saldrán ... a relucir los innegables problemas que arrastra nuestro deporte, la prensa se olvidará de nosotros y a otra cosa. Otra posibilidad que contemplaba, al olfato de los rescoldos del pasado, era que el grupo que tiene en sus manos Sergio Scariolo se tomara este torneo con la pasión de un equipo, cosa no difícil al carecer de estrellas fulgurantes que tiren por sí solas del carro. He comentado en algún momento que eso de La Familia me gustaba. Pensaba que si se daba esta posibilidad, los chicos, con la mochila de ilusiones repleta, harían unos buenos octavos de final y ya está. No me daban las ideas para soñar con cuartos. No estaba ni en mi programa ni en el de casi nadie.

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Para llegar a lo inesperado han ocurrido algunas cosas. Las selecciones, excepto la nuestra, se han presentado como a una feria de jugadores rutilantes que se exhiben para orgullo de cada país. Un simple ejemplo de lo que quiero decir: Serbia pone en manos del señor Pesic a sus estrellas. El tiempo del gran maestro ya pasó, como quedó demostrado en su última presencia en el banquillo del Barcelona. Y me reitero al afirmar que, sin un buen entrenador, no hay manera de ser competitivo.

La victoria ante Finlandia fue transcurriendo por los mismos cauces que ya antes había puesto en escena España. Mucho trabajo defensivo, faceta en la que siempre se muestra Alberto Díaz y las manos largas de Rudy. El partido caminaba con una España trabajadora, capaz de ganar desde el trabajo minero. Mientras, Scariolo, sigilosamente, iba reduciendo los minutos de algunos jugadores y afinando la música. En la segunda parte, decide ponerse en manos del talento y nos deja ver a un equipo totalmente mimético, similar al que nos hizo gozar tanto no hace mucho tiempo. Resulta que Willy se pone el traje de Pau Gasol y que Brizuela -¡cuánto me critican por mi pasión por este jugador!- nos divierte tras vestirse la estrecha camiseta de Navarro, tan delgaducho como él. Scariolo le deja en el campo, perdonando algún error defensivo. Me pregunto el motivo de que se premie más la actitud que el talento. Juancho despierta de su acomodado letargo, mostrando la clase que le llevó a la NBA sin haber hecho gran cosa aquí, en casa.

Estos jugadores han superado nuestras expectativas, pero tampoco se van a conformar ahora

Todos van de la mano de Rudy, deseoso de seguir viviendo días gloriosos y que se apunta a revivir a su equipo con un par de triples dignos de final olímpica. No sé qué deparará el futuro inmediato, si el equipo volverá a ganar o volverá a casa. Lo que sí sé es que estos jugadores han superado nuestras expectativas, pero que tampoco se van a conformar a estar alturas de Eurobasket.

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