El reclamo de ofertas y contraofertas de unos y otros incluso antes de que, oficialmente, arrancara la campaña electoral en Andalucía podría interpretarse como una de las pruebas de cargo del gran bazar en el que ha degenerado la política española. Se puede imaginar al ... votante medio caminando por las interminables calles del mítico zoco turco y cómo sobre él se van abalanzando los vendedores con sus eslóganes. Resulta complicado remontar el descrédito y la desafección de la sociedad por la política a base de vender(se) a cualquier precio. Sin embargo, los partidos insisten en tirar mano de esa estrategia sin disimulo. El Gobierno anunciaba que va a destinar 50 millones de euros para crear un plan estratégico de la lucha contra el paro en Andalucía y en paralelo, casi al mismo tiempo, la Junta aprobaba tres decretos para estabilizar más de 9.000 plazas de empleo público temporal. Dos importantes titulares que se pregonaban en las horas previas al pistoletazo de salida que establece la ley para los mitines de rigor. Televisión y wifi gratis para las habitaciones de los hospitales andaluces prometió Moreno Bonilla en su primer acto. Según el CIS, el candidato del PP está rozando la mayoría absoluta. También lo auguran casi la totalidad de los sondeos. Y lo barruntan en la izquierda, preocupados por la «desmovilización», así tal cual se podía leer en el documento que Yolanda Díaz llevaba en el brazo tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros. Hay furor en el PP y pánico en el PSOE. Casi la mitad de los andaluces desconoce quién es Juan Espadas. Para socorrer al exalcalde de Sevilla, los miembros de la parte socialista del Gobierno han preparado una agenda abarrotada de eventos en Andalucía. El objetivo del PSOE es convencer a un número de indecisos suficiente como para que Moreno Bonilla no alcance su meta de gobernar en solitario, es decir, sin Vox y evitar, por tanto, que se repita el éxito de Isabel Díaz Ayuso en Madrid sumando más que toda la izquierda junta y acariciando la mayoría absoluta. El histórico socialista andaluz Manuel Pezzi insultó a Núñez Feijóo por comparar la puesta de sol de Granada con la de Finisterre. Movilizar a los que no lo tienen claro por el camino de la descalificación del adversario que se metió en un charco no es la opción más persuasiva, como bien conocen los vendedores de toda la vida.

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Así, con este nivel la clase política va sumando puntos en contra. La desconfianza que arrastra ha provocado que cada convocatoria sea un plebiscito en el que todos los que se la juegan actúan al borde del ataque de nervios. La cita del 19 de junio en Andalucía será en clave nacional.

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