San Antonio Abad

Sin embargo, al igual que otros festejos valencianos, la celebración encierra una serie de curiosidades que pasan desapercibidas o no son tan conocidas por ser parte íntima de su historia. Por ejemplo, al santo ermitaño solemos verlo representado en compañía de un cerdo que lleva al cuello una campanilla. ¿Por qué? Antiguamente, algunos religiosos se acogieron a su patrocinio e introdujeron en muchas parroquias la costumbre de alimentar cerditos, con derecho a pacer por los límites parroquiales. Llegada la fiesta, se les mataba en beneficio de los pobres. Para distinguirlos solían llevar colgada una campanilla.

Viejas crónicas cuentan que, junto a una olivera situada en el monasterio de San Antonio, los labradores, llegada la fiesta, rodeaban con sus caballerías antes de recibir la bendición y arrancaban hojas de olivo que ponían sobre los animales. Existía un pozo de cuyo interior se sacaba el agua que, tras ser bendecida, se repartía como agua del santo. Con el paso de los años, a esta agua se le atribuyeron virtudes milagrosas, sobre todo para curar defectos de pronunciación en los niños. En resumen, que el que nos ocupa es un festejo que nace como agradecimiento a un santo ermitaño que simboliza el cuidado y convivencia con los animales.