Tú sabes quién es Marie Kondo?» Parece sorprendido, pero la pequeña mujer japonesa que ha revolucionado el concepto de orden en el hogar lleva años ... a la cabeza del negocio, un negocio que genera ingresos millonarios. Kondo, secundada por un ejército de influencers, es una celebridad. El mensaje: si conquistas el desorden y embelleces tu hogar serás feliz.
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Si piensa que su casa está ordenada se equivoca. En la casa verdaderamente ordenada los libros están graciosamente organizados por colores, los juguetes descansan en coquetos cestos de mimbre y las especias lucen en botes simétricos y elegantes. Una vez conseguido el efecto, debe irse a vivir a un hotel: es la única manera de mantener la casa impecable. La propia Marie ha confesado recientemente, después de protagonizar series y documentales vaciando y ordenando hogares ajenos, que es incapaz de mantener el orden en su casa. Con niños, dice ahora, es imposible.
En el hogar perfectamente editado los objetos se almacenan en «cajas de ordenación». Tire sin pena las maravillosas cajas de metal, antiguas, abarrotadas de fotografías, cartas, insignias o encajes. También el contenido. Los recuerdos seleccionados, totalmente alineados en pequeñas cajas transparentes, quedarán a la vista en la caja mediana transparente. Si su vecina le dice que tiene poco espacio de almacenaje en la cocina no se asuste: la han captado; lo que quiere decir es que le faltan armarios. La despensa deslumbra. Al estar medio vacía resulta ideal. Para aportar calidez sin estropear el efecto, los fideos y las patatas se esconden en cestas de mimbre. Todo está etiquetado.
Pasemos a la biblioteca. Coloque los libros -dice la especialista- con el lomo contra la pared. ¿Cómo dice? Al darles la vuelta -explica- desaparecerá la amalgama de colores y las paredes quedarán unificadas en un delicado tono blanco roto o tostado, más sosegado; para encontrarlos, solo tiene que hacer una lista completa indicando librería, estante y fila. Ese póngalo en la caja de mimbre: es una colección de la revista La Esfera encuadernada por el tío-abuelo Pedro. Lomo en piel, algo dañado, 1915. Para competir con las ilustraciones de Natania, Benlliure o Koki, los creativos publicitarios han echado el resto: «Si la Venus de Milo tuviese brazos, se lavaría con Jabón Heno de Pravia». Al cesto. Lo que más me impresionó de la casa campestre de Sir Winston Churchill fueron las estanterías: sencillas, cuajadas de libros de techo a suelo, perfectas en altura y profundidad. Reflejo de lectura y formación extensas. No se deje deslumbrar: en el término medio está la felicidad.
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