Arcos chinos: 75% de abstención

El fraude. Imaginen lo siguiente. Que en las elecciones del próximo martes en Madrid, esas que tanta polvareda, balas, navajas y manipulación política (de todos los colores) han desatado, acabarán con una abstención del 75%. Que apenas hubieran votado tres de cada diez madrileños. Tirando por lo optimista. ¿Qué dirían los analistas (y listos) de la izquierda sobre esos comicios? En el hipotético caso de que ganara Ayuso, como indican las encuestas, esos gurús asegurarían que estamos ante un resultado viciado. Irreal. Nada representativo. Manifiesto del desencanto de la ciudadanía con la política, etc, etc...

Volvamos a la 'terreta'. A los presupuestos participativos, esos que el Ayuntamiento de Ribó, Gómez y Campillo esgrime como 'santa sanctorum' de la democracia. De la participación de los valencianitos de a pie en su gestión diaria. Es un poco como si se sintieran los grandes César dejando un rato a los súbditos decidir si ponen el dedo hacia arriba o hacia abajo en el Circo romano. Pero lo cierto es que es tanta pantomima, fraude y mentira como si el Imperio Romano sometiera a votación si hace una calzada romana en Mérida, una cárcel de cristianos en Valentia o un circo de esclavos en Sagunto. Pura filfa. Luego hacen realmente lo que les viene en gana.

El cuento chino. Y todo esto no lo digo yo, al que me pueden acusar de fascista (eso que gusta tanto ahora de proclamar, sin mirar la viga en el ojo propio), manipulador y demás. Lo dicen los datos. Lo dice el Ayuntamiento de Valencia y su barómetro municipal. Y volvemos a esa hipotética situación de unas elecciones con un 75% de abstención. Pues eso es lo que ocurre en el cuento chino de los arcos que Ribó, Gómez (ella con la boca pequeña) y Campillo quieren imponer en el valencianísimo barrio de Pelayo.

Atención a las cifras. A la realidad. Esto no va de opinión, sino de información. El sondeo municipal hecho público a finales del mes que hemos cerrado afirma eso: el 75% de los valencianos no tiene ni puñetera idea de qué es eso de los presupuestos ¿participativos? O lo que es lo mismo. Ignoran por completo el proyecto de instalar dos arcos chinos en el barrio que alberga la falla de Convento Jerusalén o el trinquete de Pelayo, emblemas para nada orientales y ninguneados por el Consistorio. Siete de cada diez valencianos no han oído hablar en su vida de los cacareados presupuestos participativos. Algo estará haciendo mal (o muy mal) en este sentido el Consistorio. Primer aldabonazo contra el cuento chino.

Más en contra que a favor. Segundo aldabonazo contra la milonga que nos venden como 'proyecto de Estado' Ribó, Gómez, Campillo y sus cohortes. Apenas algo más de 300 ciudadanos (TRESCIENTOS) han votado para que se planten dos mamotretos chinos en puntos emblemáticos del barrio. ¿Que los vecinos de Pelayo aportan más apoyos contra la idea? Por encima de 500 (QUINIENTAS) han sido las firmas que plataformas como Salvem la Roqueta ha presentado frente al proyecto. La respuesta del Consistorio, que no se puede dar marcha atrás a una idea aprobada en los presupuestos participativos porque es echar por tierra su esencia. ¿De algo que conocen tres de cada diez valencianos? Es más, el mismo barómetro municipal dice que la mitad de los que conocen el proyecto, no vota. (¡¿?!) Señores Ribó, Gómez y Campillo. No nos vendan burras. Sacadas de la chistera además por un miembro de Compromís, que es quien lo propuso. Lo de 'Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como', en el refranero está bien. Para tomar el pelo, mejor no.