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Un avispado programador convierte a su robot en su otro yo, le cuenta detalles íntimos de su vida: quiere que le encuentre, usando big data, ... a la mujer perfecta. Para ello se salta la normativa, la ética y la deontología profesional y, en el camino, corrompe a Joe, su eficaz computadora. Al final, con astucia socarrona, Joe le arrebata todo a su dueño y creador. «Amor verdadero», este relato corto de Isaac Asimov es hoy solo en parte ciencia ficción: cada vez delegamos más en la inteligencia artificial (IA). Los bots tienen el poder e imponen sus decisiones. «Soy Andy, tu asistente virtual». Andy, el nuevo asistente low cost. El mismo Andy que, en un ataque de desesperación, cuelga el teléfono o entra en bucle porque no puede mantener la conversación -su banco de respuestas no está bien programado-. Resultado: tu urgencia médica se queda en el limbo robótico. A desangrarse toca.

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