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Los ataques al Tajo-Segura

Los ataques al Tajo-Segura

EL ESTADO DEL MEDIO AMBIENTE ·

El Gobierno y la Junta de Castilla-La Mancha planean reducir a la mitad los caudales que llegan a la Comunitat ante el silencio de la Generalitat

Juan Sanchis

Valencia

Sábado, 10 de abril 2021, 07:58

Y ahora qué?» Esta es la lacónica frase con la que Bill McKay, interpretado por Robert Redford, cierra 'El candidato' la película de Michael Ritchie que cuenta cómo un advenedizo de la política, sin un programa claro y vendiendo sólo carisma y simpatía, consigue contra todo pronóstico ganar en las elecciones al Senado por California.

No es difícil extraer un paralalelismo con la situación que se vive estos años en la política española (y valenciana) donde el quedar bien, el dar un buen perfil, consigue más réditos electorales que unos principios claros; donde lo mejor es difuminar el perfil para ser más atrayente y repeler al menor número de votantes posible,

Y desde luego se puede trasladar a la trágica situación que atraviesa el trasvase Tajo-Segura ante el atronador silencio de los responsables políticos valencianos. La intención del Ministerio de Transición y Ecológica de cambiar las reglas y aumentar el caudal ecológico del río implicará una reducción del 50% en los aportes que reciben Alicante y Murcia. No se puede negar, por otro lado, cierta alevosía en la actuación al aprovechar este momento para modificar la Memoria cuando la mirada de todos está centrada en la evolución de la pandemia y en los problemas que está generando la campaña de vacunación.

Estos ataques orquestados conjuntamente por el departamento que dirige Teresa Ribera y la Junta de Castilla-La Mancha suponen un torpedo en la línea de flotación de la economía del sur de la Comunitat. Pese a ello apenas han suscitado más que alguna ligera reacción por parte de la Generalitat.

Es cierto que los representantes valencianos han votado en contra y también que la Conselleria de Emergencia Climática ha presentado alegaciones al proyecto, pero se echa en falta algo más de pasión en defensa de los intereses hídricos valencianos. Ni más ni menos que la misma que se le ha visto al Consell en otros momentos al defender temas como la financiación

La lista de agravios hídricos que ha soportado la Comunitat es extensa. Sólo hay que ver las escasas inversiones, una desalinizadora paralizada (Sagunto) y otras tres funcionando al mínimo (Mutxamel, Oropesa y Moncofa) y un trasvase, el Júcar-Vinalopó, acabado y prácticamente sin estrenar.

Hay motivos más que suficientes para alzar la voz. Pero las reacciones desde la Comunitat son como un susurro. De hecho hay silencios que resultan más expresivos que un millón de gritos. Nada comparable a la campaña de presión en contra del trasvase que ha mantenido la Junta castellano-manchega en los últimos años.

El Consell del Botànic ha defendido siempre no jugar a la crispación en una tema tan sensible huyendo de una nueva 'guerra del agua'. Pero reivindicar no tiene que conllevar tensión. El ejecutivo valenciano lo ha hecho en otros temas. Y no sólo con la financiación. Lo estamos viendo al reclamar más vacunas.

Pero lo que no se puede permitir es dar un nuevo paso atrás. El trasvase es muy importante para el sur de la Comunitat y no es factible preguntarse como Bill McKay «¿y ahora qué?», como si no se supiera lo que hay que hacer o diera igual. Es el momento de apoyar a los regantes en sus movilizaciones, que se juegan mucho, y no ponerse de perfil.

El problema no se circunscribe únicamente al sur de Alicante. Atañe a toda la Comunitat y a importantes sectores económicos. La clave ahora es comprobar si los dirigentes autonómicos están a la altura del momento y demuestran una visión más allá del corto plazo. Hasta ahora no parecen haberlo demostrado pero siempre hay tiempo para cambiar.

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