La bacteria oportunista

Coronavirus. Día 6. Casi una semana hospitalizado. En todas las buenas películas hay un momento en el que se produce un giro inesperado que cambia la trama. No es que cada día les relate una gran película, pero ayer pasó algo diferente. Desde el sábado les vengo contando que mi único síntoma era la fiebre. Todas las tardes viene a visitarme desde el sábado pese a que los primeros tres días aquí en el hospital no tuve ni siquiera décimas. Los médicos, preocupados también por el origen de la fiebre, han dado con el porqué: Han encontrado en las placas lo que parece ser una mini neumonía. Mini porque difícilmente se encuentra en las pruebas y porque yo no tengo ningún tipo de insuficiencia respiratoria. Estoy bien, pero la fiebre avisaba de algo.

En el fondo me han dado una buena noticia. No tengo -ni tenía- nada grave, ya estoy con tratamiento antibiótico para superar el problema en unos días y por fin se descubre por qué tenía fiebre. Los médicos me explican que, si no fuera por el coronavirus, esta nueva afección no me impediría hacer vida absolutamente normal en la calle. Así que estoy tranquilo. La pregunta es cómo he contraído la mini neumonía y tienes dos respuestas; cómo no ha sido y cómo sí. Traduzco. El coronavirus no ha tenido nada que ver. No hay causa efecto entre la enfermedad con la que entré y mi nuevo inquilino. Son asuntos paralelos que no se cruzan en ningún momento. Según me han explicado con mucho detalle los médicos, la debilidad de un organismo enfermo es una puerta abierta a bacterias que aprovechan el bajo nivel inmunológico para colarse en el organismo. Ellos las llaman 'bacterias oportunistas' que se pueden colar mientras estás hospitalizado y se esconden tras la enfermedad origen. Pues parece, amigos, que una bacteria fallera ha decidido pasar las fiestas haciéndome compañía. Por eso me alegra tanto que, pese a intentar esconderse, no lo ha conseguido y la han localizado en apenas 48 horas. Sí, sí. No me lo digan; mala suerte sí tengo un rato.

Pero ya estoy en tratamiento y, como les contaba ayer, si no fuera por la fiebre todo iría muy bien. He dudado si contarles hoy miércoles todo esto al detalle pero si les escribo cada día es para contarles la verdad del coronavirus. No la verdad que a mí me gustaría que se fuera produciendo. Así que, con la naturalidad de estar bien, les pongo al día en las buenas y en las otras. Mañana cumpliré una semana aquí. A ver cómo evoluciona la peli.