La Batalla de Flores

Desde luego, la actual Batalla de Flores dista mucho de aquella otra que iniciara y promocionara el Barón de Cortes. A pesar de ello, el evento floral continúa siendo una fiesta de arte, de flores y de alegría en la que el pueblo valenciano es protagonista indiscutible.

El arte de nuestros artistas especialistas en carrozas se ha mantenido, a pesar de los mermados presupuestos económicos que en ocasiones han tenido que afrontar.

Por otro lado, cabe destacar la celebración del sopar de la punchá de la flor, siempre la víspera de la Batalla de Flores, en las calles de la Ciudad del Artista Fallero; costumbre que crearon hace más de 70 años los artesanos para sus trabajadores, familias y amigos; velada que dista mucho de sus inicios, ya que desde hace unos años se ha convertido en un envento de carácter multitudinario.

La larga historia de esta celebración nos recuerda que en 2008 la puchá de la flor tuvo un punto de inflexión, ya que el entonces concejal de Fiestas, Félix Crespo, propuso que a este evento asistieran, por primera vez, las falleras mayores de Valencia y sus cortes de honor, así como las candidatas preseleccionadas de los sectores. La cita se convirtió desde entonces en un evento de asistencia masivo, al que acuden también todos aquellos particulares que hayan adquirido el ticket para la cena, disfrutando de una noche festiva donde no falta ni la música ni la animación. Y por supuesto, el trabajo en los talleres de los maestros carroceros, que ultiman las creaciones que desfilarán al día siguiente.