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Batasunización de Podemos

BELVEDERE ·

Pablo Salazar

Valencia

Miércoles, 15 de julio 2020, 07:35

Juan Carlos Monedero lo tiene claro. Lo que ha sucedido en el País Vasco y en Galicia, lo que explica la debacle electoral de Unidas Podemos, es que tanto Bildu como el BNG han asumido los postulados del partido morado. Poco le ha faltado para decir que el buen resultado de ambos es en realidad un triunfo de Pablo Iglesias. La verdad, sin embargo, parece muy diferente. Para entenderlo, lo mejor es plantearse qué es Podemos, cómo y por qué nace, para qué, con qué expectativas. Y recordar luego su andadura desde las plazas del 15M hasta los despachos de la Vicepresidencia del Gobierno, de los ministerios, de las consellerias y concejalías, de las empresas públicas. Que es, en definitiva, el tránsito del pisito de Vallecas al chaletazo de Galapagar. Podemos nació como respuesta a una crisis no sólo económica sino social e institucional, a una situación de hartazgo de la ciudadanía y de profunda desconfianza hacia sus representantes políticos. Y lo hizo con una etiqueta, 'transversal', que trataba de hacer ver que venía para superar la vieja dialéctica derecha-izquierda. La etiqueta duró muy poco, se cayó enseguida, en cuanto se vio que la nueva formación iba a ser dirigida por jóvenes procedentes del comunismo que buscaban un espacio más amplio que el tradicionalmente logrado primero por el PCE y luego por Izquierda Unida. Pero lo peor estaba por llegar. Lo peor era la alianza con los partidos nacionalistas e independentistas más radicales, un conglomerado al que unía su objetivo común contra la Constitución y el «régimen del 78», una denominación despectiva para descalificar la transición a la democracia desde la dictadura pactada pacíficamente por los herederos del régimen y por sus opositores. Desde entonces, Podemos se ha caracterizado por dar cobertura y amparar a los promotores del 'procés', por blanquear a los proetarras y por impulsar tácticas (escraches, acoso en las redes a los periodistas discrepantes...) propìas de los batasunos. A pesar de su curva descendente en apoyo electoral, el pacto con el PSOE ha llevado a Iglesias y a los suyos (nunca mejor dicho) a los ministerios pero en las comunidades autónomas con presencia de fuerzas nacionalistas se está produciendo el proceso que cabía esperar y es que entre el original y la mala copia, los votantes optan por el partido del terreno, sea el BNG, Bildu o Compromís en el caso valenciano. Monedero -e Iglesias- enseguida encuentran la explicación, los demás, los nacionalistas, han calcado su modelo, pero la realidad es que es Podemos, aquel partido transversal nacido de las movilizaciones del 15M, el que se ha batasunizado. Y así le va.

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