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BLANC I NEGRE

De Torino a Mestalla ·

Miércoles, 6 de noviembre 2019, 09:27

Qué bien nos definen nuestros colores. Un día es blanco y otro negro. Así somos. Un día salimos resignados, es lo que sentí después del partido contra el Sevilla. Y otro, después de ganarle al Espanyol, pensamos en la Champions. El ambiente vivido en Mestalla contra el Sevilla, y ya van unos cuantos partidos así, fue el reflejo de un sentimiento que nos invade a todos los valencianistas. Y ese sentimiento es el de la resignación. Nos hemos malacostumbrado a salir de Mestalla pensando que por lo menos se ha conseguido un punto. Con la desazón que parece que la situación y la marcha del equipo no tiene marcha atrás. Hasta el ambiente acompaña esta sensación. El campo se llena sí, como siempre, pero Mestalla dista mucho de ser lo que era. Y es que a la 'mal llamada' grada de animación le falta garra, fuerza, iniciativa para dirigir una orquesta de más de 40.000 almas. El silencio se palpaba en el ambiente y ese es el síntoma claro que en el equipo y en la entidad algo no funciona. La resignación nos lleva a aceptar con paciencia y cierto conformismo una situación adversa y eso es lo nos está pasando. Pero resignarse no es quedarse quieto y no hacer nada por revertirla. Lo que estamos viviendo los valencianistas nos está haciendo sufrir pero tenemos la esperanza, poca pero aún queda, de que puede cambiar. Y nuestras fuerzas han de ir dirigidas en ese sentido. En situaciones peores que esta nos hemos visto y el valencianismo unido siempre ha salido adelante. No podemos dejar que esta situación y este ambiente se instalen definitivamente en el club, por eso hay que seguir luchando y seguir animando para encontrar una solución al problema. Y esto incluye también denunciar cuando se toman medidas que no nos gustan, como la última ocurrencia de impedir que los periodistas accedan a Paterna para hacer su trabajo, que no es otro que el de informar. Del mismo modo que hay que poner en valor el gesto solidario del club para con los afectados por las inundaciones en nuestra Comunidad. Resignarse y aceptar la situación no va con nosotros. Y ganar al Espanyol fue un subidón de moral. El equipo y la afición lo necesitábamos. Porque siempre he defendido que estos jugadores sí están implicados a pesar de alguno, que está en el banquillo sin las botas puestas. ¡Si hasta Sobrino y Vallejo lo están! Creo que la situación, deportiva me refiero, no es por falta de compromiso sino por la llegada de un nuevo entrenador. Y este proceso lleva un tiempo. Espero que esta victoria sirva de punto de inflexión, como lo fue aquel 15 de diciembre de 2001, no para ganar la liga, sino para que nos lleve hacia arriba y que las aguas vuelvan a su cauce. Pero, sobre todo, espero volver a ver Mestalla animando al equipo como antes, sin resignarse nunca.

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