Blanquear el medio millón de euros

Aparece una diputada de Compromís por el jardín de Les Corts. Podría ser del PSPV, de Ciudadanos, del PP... porque nadie sabe quién es y ... porque tiene compañeros con los que ocurre lo mismo. Que nadie sabe su nombre. Apenas aparecen por el parlamento valenciano. Apenas se les conoce actividad. Son como plantas... excepto en lo relativo a cobrar. Han pasado dos legislaturas percibiendo cerca de medio millón de euros (acumulando todas las nóminas desde 2015) sin levantar la voz ni levantar un dedo. Y acabarán la legislatura igual, mientras que desde 2017 hay aprobada una ley, la de Iniciativas Legislativas Parlamentarias, que incide directa y claramente en la actividad en Les Corts. La norma daba tres meses de plazo para adaptar el reglamento del parlamento valenciano. Han pasado más de 60 meses, veinte veces más del plazo. Ha llegado Vox, finalmente, y ha forzado al tripartito a pronunciarse. Debería ser dramático, un motivo de reflexión profunda para la mayoría de izquierdas, que una ley impulsada por ese bloque, en una Cámara que domina con 52 diputados, termine propiciando que Vox les pinte la cara. Deberían preguntarse para qué vale medio centenar de parlamentarios si son incapaces de mantener una actividad lo suficientemente productiva como para que no llegue un partido que detestan y les ponga un espejo delante. Es obvio que no todos los diputados viven en la haraganería, pero también lo es que cualquiera que lleve una temporada en la Cámara podría contar entre media docena y una docena de señorías a los que no se les conoce rastro de vida parlamentaria. Todos ellos viven camuflados en la masa. Algunos, desde 2015, por lo que, con un poco de suerte, se irán a su casa (no todos, seguro que alguno se atornilla a las listas) con cerca de medio millón de euros cobrados pero no justificados.