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BORRÓN Y CUENTA NUEVA

De Torino a Mestalla ·

Miércoles, 26 de diciembre 2018, 08:51

Esta es mi última columna del año. La semana que viene cuando nos veamos por aquí habremos entrado ya en el año del centenario. Es curioso pero 2018 empezó bien pero ha acabado mal no, lo siguiente. Y es que terminamos una temporada muy buena, clasificándonos para la Champions y el mismo año, pocos meses después, ya estamos fuera. ¡Y qué decir de la Liga! No me voy a recrear en criticar la mala racha del equipo y su situación porque mucho se ha hablado ya de eso y no hace falta hurgar más en la herida. El domingo jugamos el último partido del año en Mestalla contra el colista de la Liga. Y sí, contra el colista, pero ganamos. Fue un partido de mucha tensión, nervios, en el que se palpaba en el ambiente lo mucho que estaba en juego. Ese gol de Piccini en el tiempo de descuento lo celebramos como si valiese un título. Y es que en ese momento todos dimos rienda suelta a la rabia contenida que llevábamos dentro. Y digo todos porque los jugadores así lo demostraron también. Muchas veces les hemos criticado y con razón, pero es justo reconocer que cuando celebraron el gol lo hicieron con el alma, con la misma pasión que lo hicimos nosotros. Esas imágenes de Parejo tirado sobre el césped al final del partido, de Garay o Rodrigo dirigiéndose a la afición o esa imagen de nuestro Gayà gritando con rabia «sufrimos como perros» demuestran que ellos también viven con pasión y sufrimiento cada partido. Que algo falla está claro, que este equipo no es el del año pasado también, que tenemos muy mala suerte también, pero me niego a pensar que estos jugadores no sufren con las derrotas y vibran con las victorias.

Empezamos un nuevo año, el año del centenario y estoy segura que las cosas van a ir a mejor. Nos lo merecemos. Esta afición, esta ciudad y este club se lo merecen. Por eso, porque somos la mejor afición del mundo, rememos juntos. Hagamos posible que el equipo, nuestros jugadores sientan nuestro aliento en cada partido. Que sepan que no están solos y que sufrimos con ellos. Que sepan que sus victorias son nuestras alegrías. Llevémonos la ira a casa o al trabajo pero dejémonos el alma y la garganta en Mestalla, pero para animar y no para silbar. Es difícil a veces lo sé, pero podemos jugar a intentarlo. Que no se nos olvide que estamos vivos en tres competiciones y el equipo nos necesita. Y como somos así, nosotros lo damos todo sin esperar nada a cambio, o bueno, algo sí, garra, esfuerzo, sacrificio y fe en este escudo. Con que nos den sólo eso somos un poco más felices. Os deseo a todos un feliz año del centenario que estoy segura nos deparará más alegrías que penas. Porque sí, porque hay que ser optimistas y porque nos merecemos sonreír.

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