Francia. A estas alturas de la historia del corredor mediterráneo a nadie debería sorprenderle que el principal problema de esta infraestructura no es el retraso de las obras o la falta de cumplimiento de los plazos y de las inversiones comprometidas en los diferentes ... Presupuestos del Estado. El gran escollo es Francia y su escaso interés por completar uno de los tramos clave del corredor y que los expertos en la materia apuntan como nuevo cuello de botella. Es el trazado entre Montpellier y Perpiñán, cuya conclusión no está prevista hasta más allá de 2040, según alertaba un informe de la Oficina del comisionado del Gobierno para el corredor mediterráneo y que desveló 'La Vanguardia' en septiembre del año pasado. Un trayecto de unos 160 kilómetros que cuenta con una única plataforma muy saturada por los tráficos de pasajeros (regionales, alta velocidad, larga distancia) y mercancías, de ahí el riesgo de saturación cuando se complete el corredor y se cumplan las previsiones de tráfico. Algo similar, por cierto, a lo que sucede entre Valencia-Castellón lo que lleva a la necesidad del túnel pasante y de la doble plataforma. Pero, volviendo al problema crónico de Francia, su calma amenaza una infraestructura que los empresarios califican de imprescindible para mejorar su competitividad. Es cierto que se han dado importantes avances para interconectar la red española con la gala al cruzar los Pirineos (los AVE de Renfe llegarán a París este mismo año), pero la incertidumbre sigue envolviendo los plazos del corredor mediterráneo. De hecho, en la última cumbre empresarial del movimiento #QuieroCorredor fue una de las preocupaciones que expusieron a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, presente en el auditorio, quien reconocía su «inquietud».
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Barcelona. El asunto se ha llevado a la reciente cumbre hispano-francesa celebrada en Barcelona, donde el Gobierno francés se ha comprometido a sacar adelante las inversiones ferroviarias para conectar con España. Eso sí, con unos plazos que habrá que fiar a la buena voluntad vecinal. Porque, según difundió el ministerio, su homólogo francés se ha comprometido a terminar sus tramos de los corredores ferroviarios europeos en 2030, tras iniciar las obras del eje mediterráneo en 2023 y del atlántico en 2024. ¿Una década antes de lo que tenían previsto hasta hace unos meses? Si a eso añadimos que en el tratado no se hace referencia expresa a dichos corredores, es evidente que uno sea escéptico.
Castellón. Y expectante sigue el sector azulejero con el paquete de ayudas de 450 millones anunciado por el Gobierno el pasado 27 de diciembre, ya que aún no hay novedades sobre cuándo se articularán dichas ayudas ni se conocen los requisitos. Así que toca confiar en la buena voluntad.
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