Urgente La UCO afirma haber encontrado en Colombia una mansión de Ábalos

Reconozco que no siempre doy los 'Buenos días' o las 'Gracias'. Quizá por eso, este artículo pueda sonar a autodisculpa. Y quizá sea verdad. Mi ... hija mayor a veces me pide: «Sé más simpático». Creo que lo soy cuando se me tiene cerca más de una o dos veces. En ocasiones se me olvidan las cortesías previas o las finales. No es porque no agradezca o no desée un buen día al que tengo delante. Es que me despisto. Hay personas muy puntillosas con esos olvidos. Entiendo perfectamente lo adecuado de las normas de educación. Me parecen muy pertinentes. Sin embargo, he de reconocer que me genera cierta inquietud cuando compruebo que hay personas que jamás, bajo ninguna circunstancia personal o de cualquier otro tipo, prescinden de ese tipo de formalidades. Insisto, necesarias. En cualquier caso, no sería feliz estando pendiente de que a mi alrededor imperen las convenciones, vigilante frente a cualquier ruptura de las normas de urbanidad, erigirme en una atalaya de los modales.

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En realidad, aunque me siga olvidando a veces de dar las gracias, he aprendido otra cosa que considero bastante más importante y que abunda menos que esa educación de cortesía, y es la necesidad de querer a los que te quieren. Esta columna, casi sin excepción, va de Política, que para eso estamos en la faena. Sin embargo, hay días en que no doy los buenos días y también los hay que no hablo de trabajo.

Usted quiere a más gente de lo que cree, y sobre todo a muchos más de a los que se lo dice. Si es de los que da los 'Buenos días' y las 'Gracias' a todo bicho viviente, no estaría mal que a los seres vivos que tiene cerca, que le aprecian, que se preocupan por usted, y viceversa, que necesita y que le dolería no volver a ver, a esos, les diga mucho que les quiere. No pasa nada. No se pierde sangre ni vida. No es usted más vulnerable, sino al revés, porque querer empodera pero demostrarlo, verbalizarlo, estrecha lazos o los crea. Y no sólo con los amantes, que muy bien. Es que los amigos, los familiares, no son un mueble. Que hay gente que se entiende sin hablar, vale. Que tu hermano sabe que para ti es muy importante, vale. Pero mejor decir algún 'Te quiero' de más que uno de menos. No desgravan, pero tampoco te los cobran. Y ahora que llega el frío, abrigan considerablemente. Digo de expandir el 'Te quiero' como también digo de no perder ocasión para utilizar el 'Te echo de menos'. Durante muchos años, casi todos, me costó asumir este asunto tan elemental, pero ahora me esfuerzo y cuando lo digo a los que siento que quiero, me siento mejor. Que no saludes a tu vecino, mal. Que no sepas querer, bastante peor. Bastante.

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