Dice la Real Academia Española que bulo es lo siguiente: «Noticia falsa que se difunde, generalmente, con el fin de perjudicar a alguien». Y por ... otro lado, define mentira de la siguiente manera: «Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente». Y el concejal Aarón Cano sabe que miente. Miente cuando asegura que no existió el altercado con un grupo de menores que se produjo el pasado fin de semana en la plaza del Ayuntamiento de Valencia, y antes en una céntrica hamburguesería. Miente al tildarlo de «bulo» porque sabe que existió. No tiene más que preguntar a las unidades de SU Policía Local que intervinieron en los hechos. Y si no miente, sufre una severa incompetencia. Porque la intervención policial se produjo. Porque nuestro compañero Toni Blasco grabó un vídeo, publicado en la web de LAS PROVINCIAS, en el que se puede observar la actuación de SUS agentes municipales. Y porque en las comunicaciones policiales de SUS patrullas se dio cuenta de la algarada que estaban protagonizando un grupo de menores.
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Difundir 'fake news' es grave. Para eso estamos los medios de comunicación, para contrastarlas y no darles pábulo. Pero negar desde el Gobierno realidades para colgarse una medalla electoral es tremendamente irresponsable. Y eso es lo que hace el concejal Cano cuando niega hechos que se han producido. Cuando saca pecho de que Valencia es una ciudad segura. Desde luego que no es Gotham City. Pero lo dice el mismísimo Ministerio del Interior y sus estadísticas. Socialista, por cierto, por si existe alguna torticera sombra de duda. 'Interior atribuye a Valencia su peor dato de delincuencia en una década', rezaba un artículo publicado ahora justo hace un año por este periódico. «La ciudad supera las 4.000 infracciones al mes y crecen reyertas y violaciones, en contraste con el descenso regional», era el subtítulo basado íntegramente en los datos de las Fuerzas de Seguridad.
Estos son los datos del 'bulo' que sostiene el concejal Cano. Un 'bulo' que vieron los numerosos ciudadanos que alertaron de «un grupo de unos 40 jóvenes pegándose con bates». Y por esa razón intervinieron los agentes de la Unidad de Convivencia y Seguridad. Revise usted las grabaciones de la emisora policial, señor concejal. Y por eso el representante del Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos (SPPLB) desmintió a su propio concejal. Y por eso nuestro compañero Toni Blasco grabó un vídeo con el despliegue policial en la mismísima plaza del Ayuntamiento. El concejal juega al engaño. «No se hicieron diligencias». Claro que no se hicieron, porque no hubo ni detenidos ni heridos. Y como responsable municipal de la Policía Local es su deber saberlo. No desinformar.
Negar que existe un notable problema de violencia juvenil que se está plasmando en las calles de nuestra ciudad es de una irresponsabilidad política suprema. Esta semana pasó por la redacción un chaval de 14 años para hacer un trabajo del periódico para el instituto. Un adolescente con más mollera y conocimiento que muchos adultos, y desde luego mucho más que gran parte de la clase política actual. Comenté con él las últimas noticias de peleas entre jóvenes. «Desde hace un año la gente sale muy 'rallada' a la calle. Pasa mucho. Hay bandas de extranjeros y también de españoles, muchos 'superpijos'». Una sentencia en una frase. Ni todo son extranjeros ni todo son de familias desestructuradas. Más calle y menos despacho.
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