Garamendi es, ciertamente, la cara afable de la CEOE. Nada que ver con Cuevas. Considera que es preferible un acuerdo de mínimos que un buen pleito y que hay que ir con quien sea hasta las puertas del infierno para resolver un problema, como aconsejaba ... la abuela de su mujer. Se siente halagado cuando se le califica de moderado o se le recuerda que JA Zarzalejos prescribe más dosis de Garamendi y menos de visceralidad. Cita la revista 'Hermano lobo', lo cual significa que la leía o se crió en una familia donde el humor de Chumy Chúmez, Forges, Summers, etc. ayudó a sobrellevar los últimos años de la dictadura. Le molesta que le tachen de portavoz del Ibex 35 porque mejor nos iría a todos si fuera el Ibex 100. Y se le nota que ha estudiado oratoria porque salpimenta sus opiniones con bromas e ironías que desdramatizan la posible gravedad de sus asertos. Pero es consciente de que no siempre lo logra por la dificultad que supone resumir una idea compleja en un titular de prensa. Ejemplo: un día que no quería pensar en un elefante declaró que se acostaría con Pablo Casado como John Lennon y Yoko Ono.

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