CARTA A LAS MAGAS DE ENERO

El motivo de recurrir a las magas de enero es obvio y totalmente egoísta. Si un grupo es capaz de cortar el tráfico en parte del centro de Valencia el primer domingo de rebajas con un pasacalles tan flojo como el del año pasado, es que tienen cierta influencia en el gobierno municipal y la alcaldía del cap i casal. Y por si cabe alguna duda de lo que sucederá el día 12, basta con observar cómo se adueñan del balcón del Ayuntamiento durante horas para anunciar la llegada a la plaza de las comparsas que desfilan muy lentamente, con el ánimo de intentar llenar las dos horas largas que dura el sarao.

No soy muy dado a la memoria histórica y prefiero siempre dar un paso hacia adelante, pero si tengo que echar mano de la influencia de la cabalgata que rememora la Semana Infantil celebrada en 1937 con un desfile lleno de elogios hacia el camarada Stalin (véase el Archivo Rojo que custodia el Ministerio de Cultura), entonces me apunto si con ello consigo por ejemplo hacer de altavoz de la Federación de Vecinos o la Asociación de Comerciantes del Centro. A ver si les llega mi carta a tiempo y la rebotan a su avalista, el alcalde Ribó.

El presidente de los segundos, Rafael Torres, se quejaba ayer amargamente en una red social de la venta ilegal que llenaba el pasaje Doctor Serra, esa que la concejalía de Protección Ciudadana había dicho que frenaría estas navidades. Pues no se ha notado mucho. «Lamentablemente estamos acostumbrados a que algunos hagan promesas y luego su realidad vaya por caminos opuestos... y tan panchos, aquí no pasa nada», decía el aludido, algo que firmo sin dudarlo.

Era ya algo sabido que todo iba a seguir igual, lo contrario habría sido pecar de ingenuo. Los manteros han hecho en síntesis lo que les ha dado la gana como siempre y todo eso durante el fin de semana que los comerciantes habían pedido anular los cortes de tráfico de la plaza del Ayuntamiento y alrededores, al menos durante el sábado. No ha servido de nada, ni aunque hubieran puesto sus cajas registradoras abiertas y vacías debajo del balcón del Ayuntamiento,

Ese mismo trozo del centro histórico que se cortará al tráfico en Fallas para no volverse a abrir después. Los vecinos dicen que no saben nada de cómo funcionará después la EMT por lugares tan sensibles como la calle de la Paz, la plaza de la Reina o la misma plaza del Ayuntamiento. ¿Esperaban que les informaran con la suficiente antelación? De eso nada, sobre todo tras el follón que tiene la empresa municipal abierto desde que les robaron cuatro millones de euros de todos los contribuyentes.

Si han pasado varios meses sin que se hayan producido destituciones en la cúpula, aunque fuera por pudor, imagínense la prisa que tienen por informar a los vecinos de la línea de transbordo, de las frecuencias de paso y de cómo conseguirán que los viajeros sigan confiando en la EMT después de obligar a que jueguen a la gincana de bajar de un autobús en la plaza de Tetuán, subir a otro y volver a bajar junto a la plaza de la Reina, por ejemplo.

Difícil, pero no imposible que dirían en 'El Padrino', de conseguir una frecuencia de entre dos y tres minutos por autobús, aunque no me fiaría mucho de un colectivo al que le han robado cuatro millones de dinero público, o sea de todos, donde el secretario del consejo tuvo que renunciar al puesto por sus relaciones laborales con el cuñado del alcalde, una compañía a la que la comisión de investigación le está sacando los colores continuamente.

Incluyo en mi carta la petición de la Federación de Vecinos el ruego de una solución a la subida de los precios de alquileres, pero como no creo en que la regulación pública/política deba llegar tan lejos, entonces me pregunto la razón de que el gobierno municipal no haya puesto en cinco años ni un ladrillo para nuevas viviendas públicas. Es algo inexplicable, sobre todo cuando los solares están listos para edificar y año tras año ha sobrado dinero en el presupuesto municipal.

Vistos los antecedentes, ya no me fío del todo de las magas de enero aunque tengan tanta influencia con Ribó y su grupo de asesores. Mejor recurrir a los Reyes Magos que no me han fallado nunca y confiar en que este año sea el de la solución de reivindicaciones como la continuación del Parque Central, la salida del letargo de la Marina, la respuesta a los vecinos del Cabanyal, que disfrutan de unas calles nuevas con los problemas de convivencia de siempre y que la suciedad deje de ser una queja crónica de los que vivimos en Valencia. Por ejemplo.