JESÚS SIGNES

El cartel de Sánchez

EL ESTADO DE LAS INFRAESTRUCTURAS ·

El canal de acceso es el principio del adiós a 171 años del cinturón ferroviario que divide la ciudad, pero aún queda por resolver otra obra clave como es el túnel pasante

Isabel Domingo

Valencia

Viernes, 10 de febrero 2023, 23:45

Hito. No exageraba a comienzos de semana el director general de Conservación y Mantenimiento de Adif, Ángel Contreras, al decir aquello de que «hoy [ ... por el lunes] empezamos a transformar la ciudad de Valencia» cuando explicaba ante autoridades, técnicos y periodistas en qué van a consistir las obras del canal de acceso ferroviario que empezaban ese mismo día. No le falta razón porque la ciudad empieza a decir adiós al cinturón de vías que la divide desde hace 171 años gracias a una intervención que supondrá soterrar apenas un kilómetro de vías que discurren entre los barrios de San Marcelino, Cruz Cubierta y Malilla. Un kilómetro para el que han sido necesarios veinte años de convenios arriba y abajo entre las tres administraciones implicadas (Gobierno central, Generalitat y Ayuntamiento). Es la actuación más relevante en el cap i casal desde la llegada de la alta velocidad (han pasado ya 13 años) y un paso más para avanzar en la dilatada operación del Parque Central. Y ahí está el cartel de obras con la hilera de autoridades para inmortalizar el día histórico y recordar que ya queda menos para pasear por el futuro bulevar García Lorca. ¿Qué son cinco años más tras tantos de espera?

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Antecedentes. De fondo, para completar la foto, varias máquinas realizando los primeros trabajos, que van a consistir en desbroce y movimientos de tierra, a los que suman sondeos complementarios, topografías o gestión de los servicios afectados, por lo que las máquinas aparecen y desaparecen. Insisto: no le falta razón a Adif para decir lo del hito histórico. Ni cifras que lo avalen: se excavarán dos millones de metros cúbicos (unos siete-diez campos de fútbol), se emplearán 60.000 toneladas de acero (como siete Torre Eiffel) y un largo etcétera de números para la considerada como la obra más compleja que se va a ejecutar en España, si hablamos de trenes. Quiso el calendario (cosas de febrero y de la marmota Phil que predijo más invierno) que la lluvia hiciera acto de presencia en las intervenciones de los políticos. Y fue inevitable recordar aquella noche de diciembre de 2014 cuando Ana Pastor, entonces ministra de Fomento, visitó las obras del tercer carril entre Valencia y Castellón, y pronunció eso de «este es el Gobierno del corredor mediterráneo. Ha pasado del power point a tener todas las obras en marcha». Bajo una intensa lluvia. Luego llegaron los retrasos en las obras, las paralizaciones de los contratos, los cambios de proyecto por el ancho de vía... Hasta ahora, cuando el corredor sigue sin concluirse. Hay actuaciones en marcha en todas las autonomías, pero han pasado 12 años desde que fuera declarado prioritario por Europa. Y en la Comunitat aún se sigue completando el tercer carril de Pastor.

Reclamación. Así que la ministra Raquel Sánchez ya tiene su cartel de obras, igual que su hito kilométrico en la carretera con el tercer carril de la V-21. Ahora toca pedir que el calendario se cumpla, algo que se antoja difícil por la complejidad de unas obras en las que se va a tener que hacer encaje de bolillos... con el tráfico de trenes operativo. Y también que se desbloqueen los estudios informativos del túnel pasante y de la doble plataforma entre Valencia y Castellón, claves para evitar cuellos de botella, mejorar la capacidad del servicio y recortar tiempos de viaje. La ministra dice que se conocerán en este primer semestre pero los vaivenes de estos documentos han sido tales (caducaron, se licitaron de nuevo, hace 16 meses de las alegaciones...) que es inevitable el escepticismo. Más con unas elecciones de por medio y unos trazados que afectarán a la huerta. En bucle.

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