La palabra 'incoherencia' es posiblemente de las más usadas en la era del coronavirus. Llevamos varias semanas siendo testigos de cómo los vecinos franceses, pese a tener medidas muy restrictivas y una situación epidemiológica mucho peor que la nuestra, viajan en vuelos directos a Madrid con el objetivo de disfrutar del día, la noche y ponerse del revés. Es evidente que la mayoría de ellos no se desplazan por primera necesidad, las imágenes y sus declaraciones evidencian sed de ocio y diversión. Una incoherencia que se suma a tantas otras, al permitir una movilidad para los de fuera que a nosotros no se nos autoriza. Bruselas ha llamado la atención a España, una vez más, por esa falta de coherencia. Pedro Sánchez, que le entra por un oído y le sale por otro, alega que para los pocos turistas que vienen y la dificultad que entraña cerrar las fronteras pues 'Bienvenido, Mister Marshall', como diría Luis García Berlanga. Para el sector hostelero es de vital importancia poder facturar, sin duda, aunque sea un porcentaje mínimo de extranjeros venidos a Baleares y Canarias, sobre todo. Pero no lo acabamos de entender ¿Cómo es posible que vengan de vacaciones desde países que sanitariamente están peor que el nuestro? Si la prioridad es la salud, la obligación es medir a todos por el mismo rasero con iguales restricciones o pruebas negativas y la seguridad de que no nos meterán en una nueva ola, que pueda llevarse por delante definitivamente la campaña de verano. Es mucho más responsable hacer un último esfuerzo, a la espera de que corran los días y haya una mayor población vacunada.
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El foco está enquistado en las restricciones de movimientos y la llegada de turistas de otros países para tapar la realidad que vivimos: que no hay vacunas. La incompetencia de quienes nos gobiernan no finaliza en la incapacidad de gestionar las dosis necesarias, además paralizan la vacunación de AstraZeneca por presión mediática, por miedo, por falta de lo de siempre. Esta vacuna es la que ocasiona posibles trombos, está comprobado y lo sabemos. Que den la cara, lo expliquen y que decidan sin perder un minuto
¿Que la Agencia Europea del Medicamento aprueba la vacuna rusa Sputnik V? Fantástico. Me pregunto si a estas alturas habrá llamado alguien a la puerta de Putin para reservar lotes de la Sputnik V y «ser los primeros de la clase». Muévanse. Los ciudadanos esperamos las vacunas y una logística adecuada para aplicarlas. El gobierno que sea capaz de conseguirlo se llevará el gato al agua. El resto son fuegos de artificio.
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