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Es lo que hay: es el Año Berlanga -o berlanguiano. La esperada visita de la vicepresidenta Calviño para abordar el eterno de la infrafinanciación de ... la Comunitat Valenciana ha sido como la de los americanos. Sólo faltaba Ribó en el balcón, para dar un poco de colorido localista a la farsa. Pero últimamente, con la ciudad tomada por las pérgolas y los vándalos, lo cierto es que no se ve al alcalde por ninguna parte. Tras la visita de Calviño, discreta e impávida, como suele, nos hemos quedado como estábamos, o peor. Porque una cosa es vivir en la ilusión y alimentarlo de forma interesada para arrojarlo desde la oposición. Así llevamos años. Otra, estar en el poder y recibir un chapuzón de realidad: un ciclón negacionista llamado Nadia Calviño.

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lasprovincias El castigo de Sísifo