¿Y qué ocurre cuando los centros de salud están sobrecargados y no pueden atender a todos los pacientes con el plazo, y durante el tiempo, recomendado? Pues que muchos enfermos optan por recurrir a las Urgencias hospitalarias. En un elevado porcentaje se trataría de dolencias que podrían resolverse en Atención Primaria o que se han visto agravadas, precisamente, porque no han recibido la asistencia en el momento oportuno. De hecho, una de las quejas del personal sanitario es que los pacientes no hacen un uso adecuado de cada recurso asistencial. Y no les falta razón, pero cuando no hay otro remedio...
Y en este punto de partida, y propiciado por el fin de las medidas de precaución Covid, como el uso de la mascarilla, se ha registrado un repunte de infecciones por virus respiratorios como el VRS, que cuando afecta a bebés, ancianos o personas con alguna patología severa deriva en cuadros más graves como bronquiolitis o neumonías. Así las cosas no es de extrañar que el habitual atasco de las salas de Urgencias hospitalarias invernal se haya adelantado a estas últimas semanas de noviembre, lo que invita a pensar (y así lo creen los neumólogos ) que la situación todavía se agravará incluso antes de las celebraciones navideñas y con la llegada del frío en enero y febrero.
Para aliviar momentáneamente la situación, algunos hospitales como el General o La Fe están retrasando operaciones y, de esta forma, liberando camas que agilicen los ingresos desde Urgencias y reduzcan las esperas. Un parche que perjudica a unos para beneficiar a otros. ¿Abrir más camas hospitalarias y contar con más personal sanitario ayudaría? Seguro, pero sobredimensionar los recursos públicos (este año ya se han incorporado más de 5.000 sanitarios nuevos), que se financian con los impuestos, por cuestiones puntuales no entraría en la línea de la gestión eficaz y eficiente que se le demanda al gobernante. Mejorar la organización podría ser un camino, pero la clave radica en conseguir que Atención Primaria sea lo que debe ser.
Y mientras tanto, los profesionales sanitarios protestarán por la situación actual (y por alguna otra cuestión) frente a la Conselleria de Sanidad la próxima semana convocados por CSIF. Y el Sindicato Médico CESM-CV ya tantea a los facultativos de familia para conocer si respaldarían una huelga. Muchos, por ahora, dicen que sí.
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