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IVÁN ARLANDIS

La clave está en el centro de salud

EL ESTADO DE LA SANIDAD ·

El atasco de las Urgencias hospitalarias es una consecuencia de las demoras para tener cita con el médico de familia, que ya baraja ir a la huelga

DANIEL GUINDO

Miércoles, 23 de noviembre 2022, 00:28

Acceso. La esencia de Atención Primaria se está perdiendo. Los centros de salud, con el médico de familia a la cabeza, se esfuerzan en ser el primer escalón asistencial para el paciente, esa puerta de entrada al sistema sanitario en el que mayores, niños, ... enfermos crónicos y dolencias no urgentes reciban una atención continuada, cercana y relativamente ágil. Sin embargo, y sobre todo desde que el coronavirus hiciera temblar los cimientos de consultorios y hospitales, estos centros sanitarios cada vez se alejan más de ese cometido. Y no porque los profesionales no se dediquen en cuerpo y alma a sus pacientes. Pero resulta prácticamente imposible que los facultativos de cabecera realicen estas funciones con agendas que duplican en número la cifra de pacientes diaria recomendada. También lastra este objetivo que un enfermo que necesite asistencia tenga que esperar una, dos y hasta tres semanas para tener cita con el médico. O que le cueste una eternidad que el operador conteste a sus llamadas telefónicas porque, lamentablemente, no todas las gestiones se pueden solucionar por la app ni todos los pacientes tienen las suficientes habilidades tecnológicas para manejarla.

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¿Y qué ocurre cuando los centros de salud están sobrecargados y no pueden atender a todos los pacientes con el plazo, y durante el tiempo, recomendado? Pues que muchos enfermos optan por recurrir a las Urgencias hospitalarias. En un elevado porcentaje se trataría de dolencias que podrían resolverse en Atención Primaria o que se han visto agravadas, precisamente, porque no han recibido la asistencia en el momento oportuno. De hecho, una de las quejas del personal sanitario es que los pacientes no hacen un uso adecuado de cada recurso asistencial. Y no les falta razón, pero cuando no hay otro remedio...

Y en este punto de partida, y propiciado por el fin de las medidas de precaución Covid, como el uso de la mascarilla, se ha registrado un repunte de infecciones por virus respiratorios como el VRS, que cuando afecta a bebés, ancianos o personas con alguna patología severa deriva en cuadros más graves como bronquiolitis o neumonías. Así las cosas no es de extrañar que el habitual atasco de las salas de Urgencias hospitalarias invernal se haya adelantado a estas últimas semanas de noviembre, lo que invita a pensar (y así lo creen los neumólogos ) que la situación todavía se agravará incluso antes de las celebraciones navideñas y con la llegada del frío en enero y febrero.

Para aliviar momentáneamente la situación, algunos hospitales como el General o La Fe están retrasando operaciones y, de esta forma, liberando camas que agilicen los ingresos desde Urgencias y reduzcan las esperas. Un parche que perjudica a unos para beneficiar a otros. ¿Abrir más camas hospitalarias y contar con más personal sanitario ayudaría? Seguro, pero sobredimensionar los recursos públicos (este año ya se han incorporado más de 5.000 sanitarios nuevos), que se financian con los impuestos, por cuestiones puntuales no entraría en la línea de la gestión eficaz y eficiente que se le demanda al gobernante. Mejorar la organización podría ser un camino, pero la clave radica en conseguir que Atención Primaria sea lo que debe ser.

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Y mientras tanto, los profesionales sanitarios protestarán por la situación actual (y por alguna otra cuestión) frente a la Conselleria de Sanidad la próxima semana convocados por CSIF. Y el Sindicato Médico CESM-CV ya tantea a los facultativos de familia para conocer si respaldarían una huelga. Muchos, por ahora, dicen que sí.

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