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Codicia y avaricia

Lunes, 18 de abril 2022

La felicidad, decía Groucho Marx, está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna. Algo parecido a eso adquirieron los principales imputados del 'caso mascarillas' que investiga las comisiones de unos seis millones de euros que se llevaron Luis Medina ... y Alberto Luceño por contratos de venta de material sanitario al Ayuntamiento de Madrid, según destaca el juez instructor, «en el momento más álgido de la pandemia de Covid-19, con miles de fallecimientos diarios». Medina gastó el millón de euros que cobró por la comisión en un velero que llamó 'Feria', igual que el ducado de su padre, y en bonos bancarios. Mucho mayor fue el importe percibido por su socio, unos 5,1 millones de euros, que se esfumó en una retahíla de artículos de lujo. Vehículos de alta gama, varios Rolex, un inmueble en exclusiva zona residencial y una semana de hotel en Marbella. Ambos han sido imputados por supuestos delitos de estafa agravada, falsedad documental y blanqueo de capitales. Mientras el procedimiento judicial sigue su curso hay algunas particularidades llamativas sobre los protagonistas. Medina aparece como administrador único de Gekko Partners, una sociedad limitada dedicada a la asesoría. Por su parte, Luceño es propietario de otra consultora con idéntica marca, Gekko. ¿Casualidad o declaración de intenciones? Puede que todo sea mera coincidencia pero el caso es que ambos socios han vinculado su trayectoria empresarial al lobo de las finanzas de Wall Street, Gordon Gekko. Aquel personaje interpretado por Michael Douglas que defendía la codicia como motor universal porque, «a falta de una palabra mejor, es buena, necesaria y funciona».

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