Este año la cuesta de enero se presenta como una pared vertical similar a la de los positivos en esta sexta ola. La inflación en España ha escalado hasta el 6,7% superando la última media del 5% en la zona euro. Hay que retrotraerse ... tres décadas para topar con un Índice de Precios al Consumo (IPC) tan disparado. El incremento desmesurado de la factura eléctrica es una de las causas principales. Y la incertidumbre sobre lo que pueda venir en el futuro una de las consecuencias. Los comerciantes estaban esperanzados en la campaña de rebajas pero ahora viven preocupados por si esto provoca una mayor contención del gasto. Estamos inmersos en una atmósfera de doble pánico. Al miedo al contagio por esta nueva variante de coronavirus, la ómicron, se suma el miedo por la pérdida de los ahorros. El temor desata automáticamente un efecto negativo en la economía que, como demostró el premio Nobel Richard Thaler, se rige por una toma de decisiones meramente irracional. Desde instituciones como el Banco de España advierten de que si este fantasma inflacionario, que se nos anunció como «transitorio», persiste mucho más se puede poner en peligro la recuperación de nuestro país. Todos los estados se exponen a esta amenaza. La clave está en la receta para afrontarlas.
Publicidad
En Bruselas asisten admirados ante el giro de 180 grados que ha dado Italia para acometer una descomunal triple crisis -sanitaria, política y económica-. The Economist acaba de elegirlo como el país del año 2021 por la diligencia de un Mario Draghi «competente y respetado internacionalmente». Hace once meses Sergio Mattarella encomendó al expresidente del Banco Central Europeo la misión de rescatar al país transalpino del abismo con la finezza con la que salvó el euro. Draghi alcanzó un apoyo parlamentario casi unánime de los partidos -salvo por la única excepción de los ultraderechistas Hermanos de Italia- para componer un ejecutivo de unidad con profesionales y políticos. Una de sus primeras decisiones fue la de renunciar al sueldo de unos 110.000 euros brutos anuales.
Cuesta creer algo tan inaudito en estos tiempos de avaricia pese a que Draghi tenga mucho más que un buen pasar. Pero más allá de los gestos, lo que importa son las gestiones. Y las que el primer ministro italiano ha puesto en marcha han logrado frutos como, por ejemplo, que el crecimiento económico de Italia haya superado al de España por primera vez desde 2011. Otro dato: para este ejercicio ha formalizado en los presupuestos su promesa de bajar impuestos y ha aprobado ayudas para compensar el encarecimiento de la tarifa eléctrica demostrando que, pese a que no es de discursos eternos ni mediáticas intervenciones, cuando habla cumple con su palabra. Esa coherencia entre lo que un gobernante dice y hace es su único aval de credibilidad como líder. El problema para los españoles es que esa coherencia también está en crisis.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.