Borrar

La cola de la vergüenza

EL ESTADO DE LA COMUNITAT ·

El pasaporte lleva a miles de insolidarios a vacunarse. Por fin. La pandemia no nos hizo mejores

Arturo Checa

Valencia

Domingo, 5 de diciembre 2021, 00:33

insolidaridad. Sonrojo, sorpresa, vergüenza, incredulidad. Ver las colas de miles de personas agolpadas a las puertas de la Ciudad de las Artes para vacunarse, ... sin cita, a unas horas de ponerse en marcha el pasaporte Covid, el certificado que cierra la puerta a tomar algo en un bar, irse de puente a un hotel, en definitiva, el documento cuya no tenencia coarta parte de tu vida, ver esas aglomeraciones causa un sinfín de sensaciones sonrojantes. Pero sobre todo demuestra lo cierta que es la frase que hace unos meses proclamó el doctor Pedro Cavadas: «La pandemia no nos ha mejorado, seguiremos siendo unos capullos». En esa cola no había personas en busca de una dosis de refuerzo. O muy pocas. En esa cola la excepción era la gente que no se hubiera podido poner la dosis al perder la cita por una cuestión laboral o personal. No, la mayoría de los que acudieron al ver las 'orejas al lobo' del pasaporte Covid son «insolidarios y sinvergüenzas», como afirmaba alguien por las redes sociales. Gente que no se puso la vacuna pensando en uno mismo. Egoístas que prefirieron no exponer su cuerpo a las dudas de un fármaco no suficientemente probado (como hemos hecho la grandísima mayoría) con tal de beneficiar a un bien común: la sociedad. Para permitir que la economía siguiera adelante. Para que los negocios, hoteles (sobra recordar cuantísimo depende esta comunidad del turismo), comercios, autónomos y empresas pudieran subsistir. Con todas las precauciones y medidas del mundo, por supuesto, pero vacunarse sirve para que la economía siga andando. Aunque sea a pasitos timoratos. Para que este país no cayera directamente al abismo. Y sobre todo para salvar miles de vidas. Para evitar que miles de personas no hayan quedado con secuelas para siempre. Todos esos insolidarios se vacunan ahora, cuando el pasaporte frena sus vidas. Pues bienvenido sea ese certificado, por imperfecto que sea.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias La cola de la vergüenza