Urgente Aemet activa el aviso amarillo en Valencia este martes por «lluvias localmente fuertes»

La huella de carbono del Consell lo está dejando todo hecho un asco. Están vertebrando a base de tirar de coche oficial, y eso, sinceramente, ... me deja turulato. ¿Es este nuestro Gobierno, aquel que inició la legislatura decretando la emergencia climática? ¿Te pones el mote de Botánico y cuando tienes que hacer un pleno del Consell en Torrent tienes las santas narices de desembarcar en coche oficial? ¿Después de afear a los futbolistas el uso de aviones privados, después de estrechar calzadas en Valencia porque lo primordial es el peatón y hay que fomentar el transporte público, haces un Consell al lado de la capital del Turia, literalmente, y desembarcas en coche oficial en Torrent, que tiene una magnífica parada de metro ahí, esperándoles a todos? Menudo cabreo debió de agarrarse Arcadi España, ahora conseller de Hacienda, o sea, el encargado de pagar toda esa gasolina de más y antes encargado de potenciar la red de transporte público, al ver que sus compañeros no usan esa magnífica, pero magnífica y maravillosa, red de metro puesta a su disposición. Como el tranvía. A uno de la Línea 10 sí se subió medio Consell corriendo para inaugurarla en mayo, a los que les tocaba y a los que no les tocaba. Todos.

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Ojo. Yo entiendo perfectamente que los consellers prefieran el coche oficial. De hecho, al ciudadano le pasa igual. Si no lo utiliza cuando viaja entre Valencia y Torrent es porque está muy concienciado, no porque sea imposible aparcar en Valencia, y circular, ni porque la gasolina está carísima. Todos esos inconvenientes, sin embargo, no hacen mella en el Consell, que va dejando su huella de carbono allá por donde pasa. Carbono y caspa, porque en este periplo que se inventó Presidencia para ir de pueblo en pueblo como un Consell errante, vertebrando la Comunitat desde el coche oficial, una de las próximas paradas es Crevillent, localidad natal de la vicepresidenta Aitana Mas. Ya es casualidad. Viejuno. Igual que lo fue lo de celebrar el primer seminario del Botánico en Morella. Es sorprendente la inconsciencia de este Gobierno a la hora de manosear una institución para darse el pisto en sus respectivos pueblos y ante sus paisanos. Vecinos, aquí los consellers, no muerden. Con lo vigilantes que eran con el PP, y lo concienciados con el cambio climático. Año Berlanga. Como cuando se fueron a la Marina y un vicepresidente segundo que va camino de catedrático ejerció de anfitrión. Hasta allí no fueron tampoco en tren. Ni había ni hay. Tanta vicepresidencia verde y tanta soflama y los motores de combustión, a toda mecha, y los plenos del Ejecutivo, en los pueblos de sus consellers. Sin problema. Invita el Consell. Paga usted. Vertebramos.

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