Secciones
Servicios
Destacamos
Cuando la Policía Local de Cullera detuvo días atrás a un hombre tras llenar el maletero de su coche con 350 kilos de sandías robadas ... en un campo ajeno, como justificación de su acto, el ladrón dijo que eran «para consumo propio». Un atrevido intento de minimizar las culpas que, evidentemente, desata de inmediato la risa, porque es obvio que una persona no va a comerse tal cantidad; se estropearían antes la gran mayoría de las sandías. Pero lo más sorprendente es que la atención se fije sobre todo en los detalles frívolos de tal excusa, improvisada o meditada, y también en la gracia que desprende tan decidido arrojo del malhechor, antes que en el hecho punitivo en sí y en el perjuicio causado al legítimo dueño de la fruta, incluída la burla total por sus esfuerzos y gastos para conseguir la cosecha.
Quizás la raíz del equívoco generado por el mangante, al recurrir al subterfugio del consumo propio, esté en haber oído o leído que si algo se sustrae con tal intención cabrá más comprensión, o incluso el perdón directo.
La realidad, por lo que respecta a la ley, está en la frontera de los 400 euros en cuanto al valor de lo robado y en si ha habido violencia o no. Los 350 kilos de sandías de este caso puede que no lleguen a los 400 euros de valor a precio de campo, y por lo que parece no habría habido violencia, puesto que el cultivo no estaba vallado y el ladrón accedió al mismo a pie llano desde la carretera. Incluso es posible que le pudiera caer mayor sanción por dejar el coche donde no está permitido aparcar y supondría una interferencia para la seguridad del tráfico.
Sin embargo, esa exculpación a base de recurrir a que cogió las sandías para consumo propio deja sobre la mesa una cuestión esencial de fondo, porque entraña una extendida falta de respeto por lo que otros producen con esfuerzo y dinero; un desprecio hacia lo que hacen los demás, cuando alguien -más bien muchos- están dispuestos a cogerlo con total descaro, sin temor a nada: lo cogen y aún se creen, encima, en el derecho de hacerlo. Hasta piensan que lo que encuentren en el campo es de libre disposición. Porque las normas se lo permiten, pese a haberse anunciado mayor dureza para frenar la inseguridad rural.
¿Cabría pensar que alguien se llevara de un supermercado un jamón sin pagar, para consumo propio? Vale menos de 400 euros.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.