Secciones
Servicios
Destacamos
Frente a los frecuentes anuncios que postulan una próxima abolición del dinero en monedas y billetes, van surgiendo voces que se oponen y despliegan razones ... que se entrelazan con las libertades individuales.
En dicha línea acaba de presentarse en sociedad la Plataforma Denaria, cuyo fino es la defensa del efectivo como «herramienta de inclusión financiera». Asegura que, según una encuesta sobre el particular, el 90% de los españoles está a favor de la permanencia del dinero contante y sonante, el 70% asegura que es necesario como medio de pago y un 77% lo califica además de 'bien público'.
Desde hace tiempo vienen apareciendo estudios, informes y también encuestas que tratan de convencernos de que el fin del dinero en metálico está próximo, y refuerzan su intención exhibiendo datos de porcentajes elevados de población que supuestamente apoyarían tal desaparición, prefiriendo en todo caso el dinero electrónico, sin otro soporte físico que el instrumento que permita la transmisión monetaria en uno u otro sentido, a ser posible sin ni siquiera contacto de plástico.
Al final, como dijo aquél, pasaremos por lo que sea y por donde pasen todos, pero mientras se decide por aquí o por allá, el debate se pone más interesante, porque lo que predominaba hasta ahora era la doctrina electrónica a rajatabla, con prohibición implícita de monedas y papeles. Incluso se dijo que sería bueno para la salud, porque se evitarían contagios, del Covid y de lo que fuera. Lo que, por cierto, fue desmentido.
La llegada a la escena de quienes se declaran fervientes defensores de que se mantenga el efectivo, aportando cierta fuerza, datos y argumentos, da confianza en que la partida no está decidida y que probablemente quedaría en empate, más o menos, que es como debería ser: combinando sabiamente ambas cosas, sin rechazar ninguna.
A bancos y gobiernos, sobre todo, les interesa especialmente que todo sea electrónico. Más barato, más fácil y mejor control. Y muchos ciudadanos lo prefieren también, sin duda. Pero a otros muchos les inquieta que desaparezca la moneda palpable, como si con ello se esfumaran cuotas de libertad y autonomía. La diferencia está en que mientras unos quieren el fin del efectivo, quienes defienden su pervivencia no sostienen que desaparezca lo electrónico, lo que sería además del género tonto. Bastará con compatibilizar ambas cosas sin estridencias: el dinero digital irá cada vez a más, como es lógico, pero parece razonable mantener la posibilidad de usar monedas y billetes como último y seguro recurso para pagar algunas cosas que uno necesite en el día a día.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.